Es buenísimo, retrata totalmente a los estúpidos del «politically correct», porque una progresía mal entendida nos quiere convencer que matar es «interrumpir la vida», o robar: «atentar contra la propiedad privada», y así nos va, deberíamos aprender de Cervantes en el Quijote: «…y por allí pasaba un cerdo que, sin perdón, así se llama…»