No hay otros como ellos…
Día: noviembre 28, 2008
SEXTO MANDAMIENTO
6. No aceptes nunca esa idea de que la vida es una película del Oeste en la que el alma sería el bueno y el cuerpo el malo. Tu cuerpo es tan limpio como tu alma y necesita tanta limpieza como ella. No temas, pues, a la amistad, ni tampoco al amor: ríndeles culto precisamente porque les valoras. Pero no caigas nunca en esa gran trampa de creer que el amor es recolectar placer para ti mismo, cuando es transmitir alegría a los demás.
EL MENDIGO Y EL PAPA…
En un programa de televisión de Estados Unidos, relataron un episodio poco conocido de la vida Juan Pablo II.
Un sacerdote norteamericano de la diócesis de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el sacerdote se dio cuenta de que conocía a aquel hombre, ¡era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él¡ Ahora mendigaba por las calles.
El sacerdote, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente impresionado.
Al día siguiente el sacerdote llegado de Nueva York estaba invitado a asistir a la Misa privada del Papa al que podría saludar al final de la celebración, como suele ser la costumbre. Al llegar su turno sintió el impulso de arrodillarse ante el santo Padre y pedirle que rezara por su antiguo compañero de seminario, y describió brevemente la situación al Papa.
Un día después recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en la que le solicitaban llevar consigo al mendigo de la parroquia. El sacerdote volvió a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el mendigo, le llevó junto a él a donde se hospedaba, le ofreció ropa y la oportunidad de asearse.
El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote de Nueva York que los dejara solos, y pidió al mendigo que escuchara su confesión. El hombre, impresionado, respondió que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: «una vez sacerdote, sacerdote siempre». «Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero», insistió el mendigo. «Yo soy el obispo de Roma, me puedo encargar de eso», dijo el Papa.
El hombre escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que escuchara su propia confesión. Después de ella lloró amargamente. Al final Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando, y le designó asistente del párroco de la misma, y encargado de la atención a los mendigos.
Contra el aborto.
La C-FAM (el único organismo pro-vida que trabaja exclusivamente en política social de la ONU) está recogiendo firmas para presentar ante la ONU, e impedir que, por la presión de grandes grupos pro-abortistas, se declare en el 60º aniversario de la Declaración de Derechos Humanos, el 10 diciembre, el derecho el aborto como un derecho más.
Por favor, os invitamos a que enviéis este mensaje a todos vuestros amigos y conocidos, invitándoles a firmar en la página que figura más abajo y no te olvides de firmar tú. Sólo es necesario cumplimentar los datos con asterisco.
Español
http://www.c-fam.org/publications/id.97/default.asp
Gracias!
No matarás…
5. No olvides que naciste carnívoro y agresivo y que, por tanto, te es más fácil matar que amar. Vive despierto para no hacer daño a nadie, ni a las personas, ni animal, ni a cosa alguna. Sabes que se puede matar hasta con negar una sonrisa y que tendrás que dedicarte apasionadamente a ayudar a los demás para estar seguro de no haber matado a nadie.