“Cuando un pueblo devorado por la sed de libertad se encuentra que tiene escanciadores que le versan toda la que quiere, hasta emborracharlo, sucede que los gobernantes dispuestos a escuchar las exigencias de los cada vez más exigentes súbditos sean llamados déspotas. Sucede que quien se demuestra disciplinado venga calificado como un hombre sin carácter, un siervo. Sucede que el padre atemorizado termine tratando a sus hijos como sus iguales y ya no sea respetado, que el maestro no se atreva a corregir a sus alumnos y que éstos hagan burla de él, que los jóvenes pretendan los mismos derechos que los ancianos y para no parecer demasiado severos los ancianos les contenten con ellos. En tal clima de libertad, y en nombre de la misma, ya no hay respeto ni consideración por nadie. Y en medio de tanto libertinaje nace, se desarrolla, una mala planta: la tiranía.”
No quiero parecer apocalíptico, este texto que acabáis de leer no es una artículo de un suplemento semanal es un párrafo de la Repubblica de Platón, totalmente aplicable a la triste realidad de los institutos de enseñanza media de España. Por su interés también os transcribo abajo una noticia que he leído en un medio digital, yo tengo una pequeña experiencia como profesor de enseñanza media y os puedo decir que, si bien no he pasado ninguna experiencia de este tipo, no me extrañaría nada que ocurriese, no estoy exagerando, la cosa se está poniendo fea. También os propongo la lectura de La lengua de las mariposas, de D. Lorenzo Trujillo si estáis relacionados con la enseñanza o simplemente os interesa el tema os iluminará…
ARTÍCULO LEÍDO EN PERIODISTA DIGITAL…
Un muchacho abofetea a una chica y cuando el profesor le sujeta por el brazo otros chavales gritan «¡Ahora, ahora!» y el profesor recibe una tunda de patadas. Una profesora expulsa de clase a un alumno y su compinche grita: «¡Dale una hostia, que no puede hacerte nada!». Los informes escolares describen escenas de sexo en los retretes, de violencia con padres de alumnos, porros por todas partes, amenazas, humillaciones, hurtos, y así durante tres folios. Los funcionarios políticos, de la mano con los sindicatos, ocultan la deplorable situación de la educación en España.
Padres que van a la cárcel por un cachete a sus hijos mientras los adolescentes toman el control de los institutos ante el miedo de los adultos. Terror y silencio en las aulas de una sociedad con los valores manga por hombro. Felix de Azúa lo cuenta en los foros de debate de El País. Un amigo suyo profesor de instituto advirtió la hoja de informes internos sobre la mesa del director. Cada día, un profesor de guardia anota lo que en la jerga burocrática suele llamarse «incidencias». Estos informes son secretos y ni siquiera sabemos si los realizan todos los centros de enseñanza media. El informe era tan escalofriante que, sin pensarlo dos veces, sacó una fotocopia y me la envió para que me percatase de la vida normal de un instituto en la España actual. Parecía un serial de adolescentes. Otra prueba de que la tele es el único centro pedagógico del país.
Llamo a mi amigo y le digo que sería interesante publicar el informe tal cual está, sin añadir ni una coma, y que le pida permiso al colega que lo firma. Por supuesto, borrando los nombres y ocultando la ciudad del instituto. Así lo hace mi amigo, pero la respuesta es un grito de espanto. «¡Tú quieres que me maten! Como se enteren de que he divulgado ese informe, me trituran». ¿Quién? Sus propios jefes.
La ocultación de lo que está sucediendo en la enseñanza (la peor de Europa) se diría pactada por los funcionarios políticos y los sindicatos. Se sabe que solo en Cataluña el año pasado 163 profesores denunciaron agresiones de alumnos (ANP). ¡Cómo debió de ser cada uno de esos ataques para ponerlos en manos de nuestra adorable Administración! ¡Y cuántos deben de producirse para que aflore esa punta de iceberg!