MEMORIA, dos.

sardinas-salas

Con seis años o menos ya ibas a “los recaos”….

          Muy buenas, ¿qué vas a querer?

          “cuarto y mitá de jamonllór”…

Festival de olores, abigarramiento de cosas en un espacio pequeño, sardinas “salás” en cuba, “bacalás” junto a la guillotina, cajas de galletas maría tamaño super extra familiar en el anaquel más alto, la puerta de una cámara frigorífica con una pegatina de Heidi pegada en el cristal. Si llegaba una vieja después que tú se te colaba con la escusa de que tenía el cocido en la lumbre.

           ¿Tú de quién eres, hermoso?, no me digas más si tienes la misma cara que tu abuelo. Le vas a decir a tu padre que has estado con Pepe el de la tienda, ya verás si me conoce.

La cuenta con un bic naranja o bic cristal, en un papel de envolver color grisoso encima del mostrador. Te echaba la compra en el cesto que traías, aún no se llevaban las bolsas de plástico.

          Son cuarenta y siete pesetas.

          Me ha dicho mi madre que me las apunte usté, que luego viene ella a pagarle.

Si ibas “anca” Moya, te echaban la colonia en el frasco que tú mismo llevabas, la colonia Varón Dandy se vendía hasta en presentación de cinco litros.

          Que m’ha dicho mi madre que me de usté una bombilla como esta (enseñabas la fundida y así no había pierde)

          ¿Tú qué eres, el mayor de la Luisi?, ¿a qué curso vas ya? Pero si estás hecho un hombrecete.

Si llevabas cuartos a lo mejor podías hacer la sisa y comprarte un chicle “Niña” o un regalí,  y te volvías por la “cerica adelante” a tu casa. Con tu pequeña compra, aunque tuvieras que ir cincuenta veces a la tienda cada semana, nada que ver con los carros hasta arriba que vemos en los impersonales súper…

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