Leo esta noticia en elconfidencial.com y me llama la atención por su relación con una entrada publicada en este blog el 10 de diciembre del año pasado, el autor era Martín Descalzo y hablaba del perfeccionismo y de cómo nos equivocamos cuando intentamos enseñar a los niños a no equivocarse, cuando en realidad lo ideal sería enseñarlos a saber levantarse de las caídas, de aprender de los errores y de reiniciar la lucha después de cada derrota. Es por ello que en una sociedad en la cual las nuevas generaciones no están programadas para asumir los fracasos se cae con frecuencia en la depresión, la ansiedad, en suma: en la desesperanza. Y que mejor antídoto a la desesperación que la suprema esperanza, es decir: DIOS, y se está demostrando incluso científicamente…
PUBLICADO EN EL CONFIDENCIAL .COM:
Creer en Dios puede bloquear la ansiedad y minimizar el estrés, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Toronto que muestra diferencias cerebrales entre creyentes y agnósticos. En sendos estudios realizados por el Profesor de Psicología Michael Inzlicht, los participantes cumplimentaron un test de control cognitivo conocido como Stroop, mientras tenían en su cabeza colocados electrodos que medían su actividad cerebral.
Comparados con los agnósticos, los participantes con creencias religiosas mostraron una actividad significativamente menor en el córtex cingulado anterior, una parte del cerebro que ayuda a modificar la conducta avisando cuando la atención y el control son necesarios, habitualmente como resultado de algún evento que produce ansiedad, como por ejemplo cometer un error.
«Puede pensarse que esta parte del cerebro actúa como una campana de alarma cortical que suena cuando un individuo se ha equivocado o sufre experiencias inciertas«, declaró Inzlicht. «Encontramos que la gente religiosa o incluso aquella que simplemente cree en la existencia de Dios muestra una significativamente menor actividad en esta porción cerebral cuando comete errores. Sufren mucha menos ansiedad y sienten menos estrés cuando cometen errores».
Estas correlaciones se mantienen incluso después de tener en cuenta la personalidad y habilidad cognitiva, explicó este experto, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Psychological Science. Además también encontró que los participantes creyentes cometían menos errores en el test cognitivo que sus compañeros agnósticos.