TE QUIERO TAL COMO ERES…

amor filial

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Llevo tiempo sin publicar nada del padre Martín Descalzo, hoy me he reencontrado con un pequeño artículo y os lo traslado. Yo también soy un poquito profesor, imparto seis horas semanales de Plástica en E.S.O. y hace tiempo ya que descubrí que es imposible enseñarle algo a una persona hacia la que no sientas aprecio. Por lo tanto, compañeros profesores, metámonos esto en la cabeza, si no queremos a nuestros alumnos, si ellos no notan nuestro aprecio y cariño, no aprenderán nada, os lo aseguro. Aunque muchas veces los alumnos se empeñen en que es imposible, no bajemos los brazos.

 

Ahora un poco de Martín Descalzo…

 

 

Cuenta Anthony de Mello una fábula que me gustaría comentar a mis lectores. Dice así: «Durante años fui un neurótico. Era un ser oprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no me convencía la necesidad de hacerlo por mucho que lo intentara.


Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, aunque tampoco podía ofenderme con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.


Pero un día mi amigo me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal y como eres. En realidad, no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte.»


Aquellas palabras sonaron en mis oídos como una música: «No cambies, no cambies, te quiero.» Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla!, cambié.».


Supongo que habrá algunos lectores que no estén del todo de acuerdo con esta fábula y que hubieran preferido que el consejo de mi amigo fuera un poco diferente: «Harías bien en tratar de cambiar por tu propio bien, pero lo importante es que sepas que yo te quiero. Como eres o como puedes llegar a ser.» Pero lo que me parece claro es que, en todo caso, lo sustancial de la fábula dice: nadie es capaz de cambiar si no se siente querido, si no experimenta una razón «positiva» para cambiar, si no tiene a interior suficiente para subirse por encima de sus fallos.


Temo que esta elemental norma pedagógica y humana sea desconocida por muchísimas personas. Tal vez por eso el primer consejo que doy siempre a los padres que me cuentan problemas de sus hijos sea éste: De momento, quiérele, quiérele ahora más que nunca. No le eches en cara sus defectos, que él ya conoce. Quiérele. Confía en él. Hazle comprender que le quieres y le querrás siempre, con defectos o sin ellos. Él debe saber que, haga lo que haga, no perderá tu amor. Eso, lejos de empujarle al mal, le dará fuerza para sentirse hombre. Con reproches lo más probable es que multipliques su amargura y le hagas encastillarse en sus defectos. Él debe conocer que esos fallos suyos te hacen sufrir. Pero debe saber también que tú le amas lo suficiente como para sufrir por él todo lo que sea necesario.


Y nunca le pases factura por ese amor. Tú lo haces porque es tu deber, porque eres padre o madre, no como un gesto de magnanimidad. Y cuando te canses -porque también te cansarás de perdonar por mucho que le quieras-, acuérdate alguna vez de que también Dios nos quiere como somos y tiene con nosotros mucha más paciencia que nosotros con los nuestros.


Pero, ¿y si la técnica del amor termina fallando porque también la ingratitud es parte de la condición humana? Al menos habremos cumplido con nuestro deber y habremos aportado lo mejor de nosotros. En todo caso, es seguro que un poco de amor vale mucho más que mil reproches.

Del libro «Razones para el amor»   José Luis Martín Descalzo

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Socuéllamos, nombre sonoramente pueblerino donde los haya…

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David Gistau, lo mejor de El Mundo junto a Raúl del Pozo ha escrito en su columna un simpático artículo en el que aparece Socuéllamos. Convendréis conmigo en que siempre que salimos en los medios a nivel nacional es porque la sonoridad del nombre de nuestro pueblo tiene ecos  paletos y pueblerinos. El gran Tip nos nombraba con frecuencia, (creo recordar que tenía algún lazo familiar con el pueblo), también Martes y Trece y alguna que otra viñeta de Forges. Siempre que nos mientan es por la dicha paletez… De todos modos no nos enfademos. Os paso el artículo como curiosidad. Un saludo.

Siéntase votante americano

EL PSOE ha inventado un sucedáneo de Obama para dar una oportunidad a quienes querrían haber votado en las elecciones americanas y no pudieron por impedimentos tales como ser de Socuéllamos. No está previsto que López Aguilar se embetune el rostro antes de salir al escenario como hacía Al Jolson, el cantor de jazz. Ni tampoco que se haga fotografiar en traje de baño y con una tabla de surf debajo del brazo. Pero su vídeo electoral para las europeas, que divide el mundo en un burdo maniqueísmo de Barrio Sésamo al tiempo que reconoce que nada somos salvo reflejos condicionados por lo que ocurre en los Estados Unidos, no pretende sino parasitar la ventolera histórica de Obama. El liderazgo ya no consiste en encontrar una muchedumbre y ponerse delante, sino en encontrar un líder y ponerse detrás para tratar de vivir de su inercia como un polizón.

Me gusta el vídeo, no ya porque admite que el PSOE no dispone de nada propio con que estimular, sino porque retrata cuán tediosa, periférica y ajena a las ebulliciones de la historia es la condición del votante español. Igual que algunas agencias de viaje venden la posibilidad de sentirse rey o famoso por un día, ya sea en un castillo o en una isla, el señuelo electoral de López Aguilar ofrece un viaje de turismo utópico y de democracia vibrante al Grant Park de Chicago, e incluye en el paquete la experiencia de sentirse votante americano por un día. No está mal, ya que la opción para quien no viaje es tan desalentadora como contribuir a que se alargue la agonía de un proyecto político en extinción votando a López Aguilar, con su quijada de cowboy almeriense en un espagueti-western.

Es verdad que a los electores, para sacudirles la pereza, se les suele intentar convencer de que por el hecho de votar participarán en alguna suerte de destino mayor que ellos mismos. Pero resulta que el PSOE no dispone ahora de ninguno propio, y por eso ofrece tickets de reventa para la aventura de Obama. Otra increíble mutación de principios de un partido que antaño supo atraerse los votos del anti-americanismo y ahora contrata sucursales de la marca Obama como si fueran las de McDonald’s. Aun así, cabe una interpretación triste en todo esto. El votante español que sienta estar ante Obama en el Grant Park sólo por tener en la mano una papeleta de López Aguilar recordará al personaje del chiste que, mientras bebía gaseosa y se masturbaba, decía: «¡Esto es vida! ¡Champán y mujeres!». Esto es vida, Yes We Can y New Deal, y sin salir de Socuéllamos.

SANT JORDI Y EL CID

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Nunca había firmado libros el día de Sant Jordi en Barcelona. Nunca había pensado que eso sucedería alguna vez. Pues ha sucedido.

 

Impresionante. La sociedad civil por la calle, mientras los políticos toman chocolate con melindros en Pedralbes.

 

La sociedad civil, formada por miles y miles de personas, que, para salir a la calle, no necesitan permiso de esos señores que hablan y hablan y no hacen y no hacen y, en cuanto te descuidas, gastan y gastan, con mucha frecuencia en cosas no necesarias y, si te descuidas, perjudiciales.

 

Me encantó cenar con autores, desayunar con autores, comer con autores. Como yo ya sé lo que soy, cuando alguien me llama “autor” me entra la risa. Cuando firmas al lado de Luis Sepúlveda y de José Mª Beneyto, o cerca de Antonio Gala, o comes con Carmen Posadas entre otros, te das cuenta de que allí te has colado. ¡Bendito cuele!

 

Descubrí que me encanta firmar libros. Como no estoy acostumbrado, me apetece poner unas dedicatorias larguísimas, hablando de esa persona, de sus estudios, de su familia, con lo cual la cola se hace más larga y los que me acompañan se ponen nerviosos y dicen: “menos rollo y más  firmas, por favor”.

 

Pero lo que más me maravilló es que todos los que venían a que les firmase el libro venían sonriendo. Y esto no era porque yo fuera “el simpático”, como al principio me creí. No, les pasaba a todos los que estaban firmando.

 

¡Qué preciosidad! La crisis y el paro y los despidos y la gripe y todo, apartados por un momento. Y todos sonriendo. Y muchos, al sol. Y yo, enrollándome, porque cuando ves  a alguien, joven, maduro o de mi edad, que ha estado al sol y te sonríe y te pide por favor que le firmes un libro, te dan ganas de levantarte, darle un par de besos y llevarle el libro firmado a su casa. Y luego, volver al siguiente y repetir la operación.

 

Acabé de firmar a las 9 de la noche. Casi no había luz. Me dio pena que se acabase tan pronto el día. Cogí un taxi y llegué a casa. Al subir en el ascensor, me di cuenta de que no podía con mi alma. Para cenar, me tomé un whisky y un huevo frito. Es una mezcla que no recomendaría Ferran Adrià, pero me sentó muy bien. Dormí de película. Al día siguiente, cuando me levanté, estuve por volver al Paseo de Gracia, a ver si me dejaban seguir firmando.

 

Pero no lo hice, por si no había nadie.

 

P.S.

 

* Ya sé que alguno dirá que estoy contento porque, cuantos más libros firmo, más libros vendo y más dinero cobro. Pues mira, sí. Pero, de verdad, del día de Sant Jordi me han quedado en la cabeza las caras de ilusión de la gente, el reencuentro con secretarias del IESE que no había vuelto a ver desde hacía años, las señoras del Mercat de la Llibertat que habían dejado sus puestos y me traían libros para firmar y para repartir entre sus compañeras, el ejecutivo que dice: “¿Me puedo hacer una foto con usted?” Esas  cosas, que, aunque un poco tarde, he descubierto que me gustan.

 

* Y cuando veo esas personas, y veo a algunos que, mientras  tanto, toman copas en el Palacio de Pedralbes preparando sus próximas conspiraciones político-rastreras, me da la vena literaria (ahora soy autor) y me acuerdo de aquello del Cid: “Dios, qué buen vasallo, hubiese buen señor!”

 

* Uno no es autor, pero tiene amigos filólogos, que me dicen que “el verdadero sentido de la frase del Poema lo da el acento de la conjunción sí, que muchos pasan por alto: no es una condicional, sino una desiderativa (“¡ojalá tuviera buen señor!”).

 

* Ojalá.

 

Más sobre Miyazaki, y Estudios Ghibli.

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Chihiro indica el camino que conduce a las dependencias del maestro. No es una adorable niña de dibujos animados, sino una de las empleadas del estudio Ghibli, la gran empresa de animación japonesa. Y tampoco -asegura- se trata de la cría homónima que en su momento inspiró al director para concebir El viaje de Chihiro hace más de ocho años. Sin embargo, uno acaba por imaginar que nos está conduciendo a la morada de Kamaji, la criatura encargada de las calderas en la casa de baños donde transcurre el filme. Así se autoparodió Hayao Miyazaki (Tokio, 1941) porque así se ve, como un atareado ser de seis brazos que lo controla todo desde las entrañas de Ghibli.

No es de extrañar. El laureado dibujante es, a sus 68 años, el único director que revisa y retoca todos los dibujos que su equipo de animadores realiza para sus películas. Todo esto pese a que sus ojos, enmarcados por unas gafas de pasta, padecen lo indecible desde hace más de una década.

Afueras de Tokio. A 200 metros del Museo Ghibli, en la tranquila zona residencial de Koganei, está el chalecito escandinavo que hace las veces de su oficina. En la entrada, el Citröen 2CV -también gris- que el director conduce desde hace 25 años. No es fácil acceder a la galaxia Miyazaki; el genio apenas concede entrevistas. En España se puede ver desde ayer su última película, Ponyo en el acantilado, un nuevo hito en la trayectoria del estudio y en la animación moderna, como ya lo fueron en su día La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro.

Mientras estudios como Pixar o DreamWorks sientan las bases de una era basada en lo digital y las sensaciones tridimensionales, Miyazaki ha retornado a las raíces de este oficio. Por eso Ghibli ha creado Ponyo usando las manos. La ha ilustrado y animado sin ayuda de la tecnología digital, y sus 185.000 dibujos (El viaje de Chihiro tiene 70.000 ilustraciones menos) componen una experiencia viva y exuberante. «El origen está en La dama de Shalott, un cuadro de John William Waterhouse», aclara Miyazaki mientras se enciende un cigarrillo con las brasas de la chimenea. «El fondo de esta pintura es de un detallismo tan abrumador que al contemplarlo sentí que nunca llegaríamos a ese nivel. Fue como topar contra una pared. Así que pensé: volvamos al principio. Olvidémonos del 3-D y elaboremos un dibujo más sencillo pero que se mueva muchísimo más». De esta manera ha apostado por reivindicar la animación tradicional, algo que alegró sobremanera a un equipo que hasta ahora se dejaba literalmente los dedos ilustrando un árbol o un simple riachuelo. Eso no quita para que Ponyo sea la obra de Ghibli más trabajosa hasta la fecha. «Les dije: ‘Moved lo que queráis y olvidaos de limitar el número de dibujos por segundo».

Se le ve tranquilo y sonriente, sentado en el salón de esta oficina que él mismo diseñó y que recuerda a su película El castillo ambulante, a la Villa Kunterbunt de Pipi Calzaslargas y al propio Museo Ghibli, un recinto que también proyectó él mismo en 2001. En él pueden verse una gran colección de dioramas y zootropos tallados por su hijo Keisuke, frescos basados en sus títulos de más éxito, fotogramas y materiales de trabajo originales del estudio, cortos exclusivos o un enorme Gatobús de peluche como el de Mi vecino Totoro. Para visitarlo es indispensable acceder a http://www.ghibli-museum.jp/en y comprar la entrada por adelantado.

«Tras concluir El castillo ambulante, revisité las novelas de Natsume Soseki, que era un enamorado de la pintura prerrafaelista. De ahí mi interés por visitar la Tate Britain y admirar el trabajo de Waterhouse», aclara el realizador. En Ponyo, el espíritu renovador de Soseki, principal testigo literario del cambio que vivió el Japón Meiji a principios del siglo XX, se extiende también a la narración, donde Miyazaki fantasea con una revolución que transforme nuestra relación con la naturaleza, tema ya empleado en Nausicaa o La princesa Mononoke.

 

Lady of Shalott. Esta es la pintura que inspiró a Mizayaki.

Lady of Shalott. Esta es la pintura que inspiró a Mizayaki.

 

A diferencia de otros productos del estudio, Ponyo en el acantilado es una película infantil. «Ellos suelen ser nuestro público objetivo, aunque nuestra manera de trabajar hace que nos vean los adultos», cuenta el productor Toshio Suzuki, el otro demiurgo de Ghibli junto a Miyazaki y el también director Isao Takahata. A su lado, el Oscar y el Oso de Oro de Berlín ganados por El viaje de Chihiro reposan en un sencillo armario. Miyazaki, por su parte, asegura: «Estos niños sienten que no controlan su propia vida», afirma, «que su destino está en manos de una fuerza oculta». Lo dice alguien que desde hace tiempo está en contacto con niños pequeños; el edificio que hay junto a su oficina es una guardería para los hijos de los empleados de Ghibli. «Cuando salen al patio les doy caramelos y ellos me llaman abuelito», cuenta entre risas. «¿Mi próxima película? Aún no tengo nada y sé que tardaré varios años en estrenarla. Además, ahora quiero disfrutar de mis pasatiempos». ¿Cuáles? «El trabajo ha absorbido mi vida. Así que supongo que aparte de eso, me gusta el paseo de los domingos». La animación manda.

 

¿No os recuerda a la habitación de Jowl?

¿No os recuerda a la habitación de Jowl?

PONYO EN EL ACANTILADO. Nueva película de Miyazaki.

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Cómo sabéis admiro a Hayao Miyazaki, un especialista en la animación. Empezó a hacerse famoso con Heidi y Marco para ir después evolucionando hacia películas más profundas y elaboradas. Vuelve a la actualidad por el estreno de su última película que aún no he visto. Estoy esperando como agua de Mayo saber dónde y cuándo puedo disfrutar de PONYO EN EL ACANTILADO. Promete no defraudarnos… A continuación os adjunto una pequeña nota sobre la película.

Empieza a ser un secreto a voces que las películas de Hayao Miyazaki son algo más que simples productos dirigidos al público infantil. O que, precisamente por dirigirse a ellos, a los niños, son refinados ejercicios para alimentar una mente alejada de la lógica más tremebunda de los adultos. Si la imaginación es uno de los valores más extrañados en el cine actual, Miyazaki es uno de sus mejores garantes.

 

Esta última criatura que nos llega desde Japón es un ejercicio de sensibilidad y sencillez. Se aleja del recargamiento de otros trabajos como El castillo ambulante o El viaje de Chijiro, para apostar por la mínima expresión sin perder la riqueza de emociones con las que el maestro de la animación tradicional dota a sus obras. Esta cinta es un pequeño cuento cercano a La sirenita en el que una pececilla se convierte en humana gracias a un niño, y con ello logra que el mundo marino sobrenatural y el terrestre se den la mano a pesar de sus diferencias.

 

Ponyo es la última de sus criaturas femeninas habituales, dotadas todas ellas de una gran determinación por llevar a cabo sus empresas hasta el final. En su camino, el extraño animal acuático (tiene cara de niña y lleva una especie de camisón) iniciará un viaje casi surrealista en el que incluso su figura se descompone de una manera muy naïf, destacando en secuencias sorprendentes como la carrera en la cresta de la ola.

 

Miyazaki llega más allá de lo que llegan otros gracias a su predilección por los planos poéticos, de una belleza compositiva extrema y aquí no escapa a ello gracias a secuencias como un principio en el que Ponyo viaja junto a las medusas por un fondo marino sorprendente. La música de Hisaishi acompaña de manera soberbia éste y otros momentos fascinantes, si bien dota a la cinta de un tono un tanto lírico. Eso sí, llegado cierto punto Miyazaki se deja llevar demasiado por su pasión por el mundo de los espíritus. En este caso es uno marino que aporta no pocas dosis de extrañeza al espectador no iniciado en sus ejercicios.

 

No obstante, Ponyo en el acantilado, como otros de sus ejercicios, resulta todo un descubrimiento en época de animación digital y de falta de recursos a la hora de concebir productos artísticos infantiles. A Miyazaki le sobra talento: lo difícil lo hace fácil.

 

LO MEJOR: La sensibilidad con la que dota a sus imágenes.

 

LO PEOR: El universo de Miyazaki resulta por momentos un tanto estrambótico e inaccesible

CONVERSIONES EN EL MUNDO MILITAR.

Como sabéis me gusta compartir con todos vosotros las noticias que me llaman la atención… esta está sacada de www.elconfidencialdigital.com

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“La tensión a la que se ven sometidos les hace preguntarse por Dios”. Cada año 3.000 militares y guardias civiles reciben la Confirmación en la Iglesia Católica

 

                     
         

 

Unos 112 capellanes castrenses atienden al Ejército, Guardia Civil, Policía Nacional y Guardia Real. Los ‘pater’ se encuentran con numerosos soldados que les solicitan catequesis, y unos 3.000 al año se confirman en la Iglesia Católica.

El pasado 23 de enero, unos doscientos alumnos de la Academia de Guardias y de Suboficiales  de la Guardia Civil de Baeza, recibieron el sacramento de la Confirmación de manos del vicario General del Arzobispado Castrense, Ángel Cordero. Otro grupo hizo la primera Comunión.

Ceremonias como esta se celebran con frecuencia en los diferentes cuarteles y academias del Ejército, y de la Policía Nacional.

En las próximas semanas están previstas varias tandas de confirmaciones. El día 8 de mayo 45 jóvenes serán confirmados en el Acuartelamiento de Camposoto (San Fernando. Cádiz), y otros dos serán bautizados, y el 14 otros 40 cadetes serán confirmados en la Academia General Militar de Zaragoza.

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Sólo en el Centro de Instrucción y Movilización nº2, de San Fernando (Cádiz) en 2008 se confirmaron 249 jóvenes aspirantesa Militares Profesionales de Tropa y Marinería.

“También se bautizan muchos soldados durante las misiones en el extranjero”, explican a El Confidencial Digital fuentes castrenses. “La tensión a la que se ven sometidos les hace preguntarse por Dios. No cabe duda de que somos muy necesarios en el Ejército, aunque creo que se conoce muy poco nuestra labor fuera”.  

Los jóvenes que solicitan la confirmación o el bautismo tienen entre 20 y 30 años. “Acuden libremente a hablar con el ‘pater’, que está siempre disponible. Nosotros estamos con los militares en todos los momentos, los escuchamos, sabemos de su vida familiar, de sus problemas”, explica un ‘pater’ a ECD.

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LEOPOLDO ABADÍA. El diaconado del ministro.

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Hace ya bastantes años, estuve en Roma en la ceremonia de nombramiento de un Cardenal español.

 

Asistió el Ministro de Justicia -no recuerdo quién era- en representación de nuestro Gobierno.

 

Por la tarde hubo una recepción, a la que asistimos mi mujer y yo. El Ministro habló, con un discurso muy correcto y bien preparado. Le contestó el Cardenal. Me llamó la atención lo que dijo: que Ministro y Diácono querían decir lo mismo, porque las dos palabras significaban “servidor”.

 

Tengo la impresión de que el Ministro no se veía como Diácono y que, además, no pensaba proponer al Presidente del Gobierno que convocara el Consejo de Diáconos, porque quedaría un poco raro.

 

Me he acordado de aquella tarde en Roma, cuando he visto a algún Ministro de los recién nombrados con una sonrisa de oreja a oreja sosteniendo la cartera en alto, como diciendo: “¡¡Lo conseguí!!”

 

Y me acuerdo de aquella tarde en Roma cuando veo fotos de personajes de todo tipo, que salen en la primera página de cualquier periódico con cara de triunfadores porque les  han elegido o alguien les ha nombrado a dedo.

 

Y me acuerdo de cuando a los gobernantes se les llamaba “servidores públicos” y de lo que me decía Antonio: “servidores públicos lo somos todos, y el que no lo sea, no vale nada”.

 

Y me acuerdo del abuelo de mi mujer, que, según la  leyenda familiar, fue el último Alcalde de la ciudad que no cobró por ser Alcalde.

 

Y uno compara al abuelo con otros y se pregunta qué andarán buscando esos otros: ¿dinero, poder, farfolla,…?

 

En el caso de nuestros Ministros, tengo la sensación de que son buena gente, que lo que andan buscando es proteger a su Presidente y ver si ganan las elecciones europeas y luego las otras y luego las otras y si no hay otras, pues también.  Porque pienso que esta gente siempre está en campaña electoral y cuando digo siempre, quiero decir siempre, o mejor dicho, siempre siempre.

 

Si es así, nadie puede negar que son leales, lo cual es una virtud que ahora no abunda demasiado.

 

Lo malo es que la gente de la calle puede pensar que esos señores y señoras son los importantes y puede ser que no lo sean.

 

En realidad, yo estoy convencido de que no lo son. Estoy seguro de que los importantes son los otros: la gente normal, que trabaja normal, que desempeña sus responsabilidades de modo normal, pero que, como no “lucen” su normalidad (porque si la lucieran dejaría de ser normalidad), nadie les conoce, y hasta pueden llegar a pensar que los importantes son los otros.

 

Y ¿sabéis lo que me pasa? Que me fío más de los normales. Me fío más de David, responsable de marketing en una empresa que conozco, y de Javier, que dirige una empresa de 400 personas y no dice nada, y de Fede, que, a la chita callando, da trabajo a 150 personas, y de Óscar, que lucha por hacer bien su trabajo, y de Cuca, que saca adelante su negocio familiar, en silencio. Y me fío de mi amigo Diego, sindicalista, que está  haciendo todo lo que puede para  conseguir que los de Volkswagen traigan el Q3 a Martorell. (Por cierto, cuando  llegue, lo primero que hay que hacer es cambiarle el nombre al coche.)

 

Y pienso que  cuando la gente me pregunta “¿Cuándo saldremos de ésta?”,  les debería contestar que ya estamos saliendo de ésta, porque David y Javier y Fede y Óscar y Cuca y Diego y tantos y tantos están trabajando en serio, mientras algunos tontainas  se  dedican a hacerse fotos, a decir sinsorgadas,  y, en definitiva, a esperar a que pase el temporal.

 

También hacen otra cosa: poner palos en las ruedas de los que trabajan bien.

 

 

P.S.

 

  1. Lo de “farfolla” es algo que decía un amigo  mío  cuando se refería a toda la parafernalia que, a veces rodea a estos  señores.  Mi amigo dice que, si rascas un poco, descubres que, debajo, no hay nada.
  2. Lo de  “sinsorgada”  viene de “sinsorgo”, que, según el Diccionario de  la Real Academia, quiere decir “persona insustancial y de poca formalidad”. O sea, lo que en Aragón se llama  “un desustanciao”.
  3. Cada vez  estoy más convencido de que la campaña electoral, para los políticos, es eterna, sin principio ni fin. Por lo menos, sin fin. Recientemente, he  estado en dos actos. En uno habló un político de un partido y en otro, uno de un partido opuesto. Los dos empezaron muy bien sus respectivos discursos. Pero, cuando, en los dos casos, yo pensaba “qué bien lo está haciendo”, cada uno de los discursantes se acordó de lo de la campaña electoral y empezó a atacar al partido contrario, sin que viniese a cuento, estropeando su actuación. No sé si es que tienen un contrato con sus jefes, en el que tienen prohibido hablar normal.

 

LA DOLOROSA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (XXVII) y último de este extracto

guardias-sepulcroXLIX. Relación de los guardias del sepulcro


Casio fue a ver a Pilatos una hora después de la Resurrección. El gobernador romano estaba aún acostado, y mandó entrar a Casio. Le contó con grande emoción todo lo que había visto: le habló de la conmoción de la peña, de la piedra alzada por un ángel, y de los lienzos allí aislados en que Jesús fuera envuelto; añadió que Jesús era ciertamente el Mesías, el Hijo de Dios, y que había resucitado verdaderamente. Pilatos escuchó esta relación con terror secreto; pero, sin demostrarlo, dijo a Casio: «Tú eres un supersticioso; has hecho una necedad en ponerte cerca del sepulcro del Galileo; sus dioses se han apoderado de ti, y te han hecho ver todas esas visiones fantásticas: te aconsejo que no cuentes eso a los príncipes de los sacerdotes, porque podría costarte caro». Hizo como si creyera que el cuerpo de Jesús había sido escondido por los discípulos, y que los guardias contarían la cosa de otro modo, sea por excusarse de su negligencia, o ya por haberse dejado engañar con hechizos. Habiendo hablado así, Casio salió, y Pilatos fue a sacrificar a sus dioses. Presto vinieron cuatro soldados a hacer la misma relación a Pilatos; mas no se explicó con ellos, y los mandó a Caifas. Vi parte de la guardia en un gran patio cerca del templo, donde se habían juntado muchos judíos ancianos. Después de algunas deliberaciones, tomaron a los soldados uno por uno, y, a fuerza de dinero o de amenazas, los forzaron a que dijeran que los discípulos se habían llevado el cuerpo de Jesús mientras dormían. Los soldados respondieron que sus compañeros, que habían ido a casa de Pilatos, podrían desmentirlos, y los fariseos les prometieron que lo compondrían todo con el gobernador.

Mas cuando los cuatro guardias llegaron, no quisieron negar lo que habían dicho en casa de Pilatos. Se había extendido la voz de que José de Arimatea había salido milagrosamente de la prisión: y como los fariseos daban a entender que esos soldados habían sido sobornados para dejar llevar el cuerpo de Jesús, éstos respondieron que ni ellos podían presentar su cuerpo, ni los guardias de la prisión podían presentar a José de Arimatea. Perseveraron en lo que habían dicho, y hablaron tan libremente del juicio inicuo de la antevíspera y del modo cómo se había interrumpido la Pascua, que los pusieron en la cárcel. Los otros esparcieron la voz de que los discípulos se habían llevado el cuerpo de Jesús, y este embuste fue extendido por los fariseos, los saduceos y los herodianos, y divulgado por todas las sinagogas, acompañándolo de injurias contra Jesús.

Sin embargo, la intriga no tuvo efecto generalmente, pues después de la resurrección de Jesús, muchos justos de la ley antigua se aparecieron a multitud de sus descendientes que eran capaces de recibir la gracia, y los excitaron a que se convirtiesen a Jesús. Muchos discípulos, dispersados por el país y atemorizados, vieron también apariciones semejantes, que los consolaron y los confirmaron en la fe. La aparición de los muertos que salieron de sus sepulcros después de la muerte de Jesús, no se parecía en nada a la resurrección del Señor. Jesús resucitó con su cuerpo renovado y glorificado, que no estaba sujeto a la muerte, y con el cual subió al Cielo en presencia de sus amigos. Mas esos cuerpos que habían salido del sepulcro eran cadáveres sin movimiento, dados por vestido a las almas que de ellos se cubrieran, para volverlos a dejar en la tierra hasta que resuciten, como nosotros todos, el día del juicio. Estaban menos resucitados que Lázaro, que vivió realmente y murió por segunda vez.

 

 


L. Fin de estas meditaciones para la Cuaresma


El domingo siguiente, si no me equivoco, vi a los judíos lavar y purificar el templo. Ofrecieron sacrificios expiatorios, sacaron los escombros, y tapando las señales del terremoto con tablas y alfombras, continuaron las ceremonias de la Pascua, que no se habían podido acabar el mismo día. Declararon que la fiesta se había interrumpido por la asistencia de los impuros al sacrificio, y aplicaron, no sé cómo, a lo que había pasado, una visión de Ezequiel sobre la resurrección de los muertos. Además, amenazaron con penas graves a los que hablaran o murmuraran; sin embargo, no calmaron sino a aquella parte del pueblo más ignorante y más inmoral: los mejores se convirtieron primero con sigilo, y después de Pentecostés abiertamente. Los príncipes de los sacerdotes perdieron una gran parte de su osadía al ver la rápida propagación de la doctrina de Jesús. En el tiempo del diaconado de San Esteban, Ofel y la parte oriental de Sión no podían contener a la comunidad cristiana, y tuvo que ocupar el espacio que se extiende desde la ciudad hasta Betania. Vi a Anás como poseído del demonio; lo encerraron, y no volvió a aparecer. Caifas estaba como loco furioso: ¡tal era la violencia de la ira secreta que lo devoraba! El jueves, después de Pascua, Ana Catalina dijo: Hoy he visto a Pilatos hacer buscar inútilmente a su mujer. Estaba escondida en casa de Lázaro, en Jerusalén. No podían adivinarlo, pues ninguna mujer habitaba en aquella casa. Esteban, que no era conocido por discípulo, le llevaba la comida y las noticias de fuera. Esteban era primo de Pablo: ambos, hijos de dos herman

A VUELTAS CON EL SIDA Y EL CONDÓN

 
jueves, 16 de abril de 2009
Le Monde y los cinco expertos que coinciden con Benedicto XVI sobre el SIDA
La semana pasada, el diario francés Le Monde publicó un artículo firmado por cinco expertos que se adhieren a lo dicho por Benedicto XVI sobre el SIDA y el uso de preservativos.

Los cinco firmantes son: Tony Anatrella, especialista en psiquiatría social; Michele Barbato, ginecólogo de Milán, presidente del Instituto Europeo de Educación Familiar; Jokin de Irala, médico epidemiólogo, director adjunto del departamento de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Navarra; René Ecochard, epidemiólogo, jefe del servicio de bioestadística del CHU de Lyon; y Dany Sauvage, presidente de la Federación africana de acción familiar.

Y lo que dicen es lo siguiente:

  • “El preservativo es la tecnología más eficaz. Pero no la medida preventiva más eficaz. De hecho, en numerosos países de África la proporción de personas portadoras del virus es demasiado elevada para que la epidemia sea frenada solo con los preservativos”.
  • “No hay ningún país con una epidemia generalizada que haya logrado bajar la proporción de población infectada por el VIH mediante campañas centradas solo en la utilización de preservativos. Los casos de baja de la transmisión del VIH publicados en la literatura científica están asociados a la puesta en práctica de la tríada ABC (abstinencia, fidelidad y utilización de preservativos). En otras palabras, solo los programas que han recomendado seriamente el retraso de la actividad sexual de los jóvenes y la monogamia mutua (lo que los cristianos llaman fidelidad) han tenido éxito”.
  • “La Iglesia católica ha propuesto siempre A y B”. “El Papa subraya que ‘corremos el riesgo de agravar el problema’del SIDA si los programas de prevención se apoyan solo en los preservativos. Esto responde al estado actual de los conocimientos en materia de salud pública y de epidemiología. Los programas de prevención centrados en el preservativo dan un mensaje inadaptado a la población en general y a los jóvenes en particular. Transmiten el mensaje: ‘Cualquiera que sea tu conducta sexual si utilizas preservativos es segura, sin riesgo”. “Si la gente cree que tiene una seguridad del 100% utilizando preservativos, tiende a asumir más riesgos”.
  • “El discurso del Papa es realista y justo. Nos interpela sobre una visión de la prevención limitada solo al preservativo. Adopta un punto de vista antropológico y moral, comprensible por todos, para criticar una orientación únicamente tecnológica, que, por sí sola, no es capaz de yugular la epidemia”.
  • “Es preciso otro enfoque no exclusivamente tecnológico, una perspectiva pedagógica sobre el sentido de las conductas sexuales. Pero esta perspectiva es difícilmente escuchada en el discurso social apegado a un pensamiento pragmático. El preservativo se ha convertido en una especie de tabú no criticable, un fetiche, que, curiosamente, debería participar en la definición de la sexualidad”.
  • “Reflexionar sobre los comportamientos sexuales se hace tan doloroso que provoca la ira de numerosos militantes e ideólogos en la materia. En este sentido, las palabras del Papa no son ‘regresivas’; por el contrario, nos sacan de la regresión y nos invitan a afrontar los hechos y lo que está en juego”.