ENRIQUE FERRARA, Enfermero: «Cuando participaba en abortos no podía dormir».

 
 

Fetos abortados.

 

Enrique Ferrara, enfermero; Sonsoles Alonso, ginecóloga; Esther Fonseca y Javier Fernández, farmacéuticos, son cuatro profesionales de la salud que se niegan «a plegarse ante unas medidas creadas para eliminar vidas humanas en el seno materno».

Como recoge el testimonio publicado en la revista Misión, el enfermero Enrique Ferrara participó en varios abortos hace diez años, cuando trabajaba en el servicio quirúrgico del Hospital Severo Ochoa, de Leganés. Aunque era partidario del aborto, su forma de pensar cambió al poco tiempo: «Cualquier persona que ve aquello y sigue diciendo que no es un ser humano se está poniendo la venda delante de los ojos», asegura para Misión.

Llegó a pedir un traslado al Hospital Doce de Octubre, donde tiene peor horario y menos libranzas, para abandonar «aquella intervención salvaje». De hecho, Ferrara asegura que «cuando participaba en abortos no podía dormir», prefiere no describir lo que vio en quirófano por ser «muy impactante y desagradable» y asegura que «no recuerdo a ninguna mujer que no saliera llorando del quirófano».

Misión también recoge el testimonio de Sonsoles Alonso, una ginecóloga de 30 años que se niega a poner un DIU, a suministrar la PDD, a participar en cualquier fase del aborto y a intervenir en un diagnóstico prenatal cuya finalidad sea abortiva. Trabaja desde hace cuatro años en el Hospital Universitario de Getafe, a pesar de que desde el comité de Bioética del hospital «me dijeron que no podía ser ginecóloga con mis ideas».
 
Algo parecido a lo que cuentan Esther Fonseca y Javier Fernández: «Algunos clientes se enfadan porque no vendo la PDD», dice Esther Fonseca, «aunque son varios miles de farmacéuticos los que se resisten a las pretensiones del Gobierno, porque las medidas para vender la píldora sin receta se han llevado a cabo sin ninguna justificación científica», añade Javier Fernández para Misión.

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Pregón Semana Santa Socuéllamos 2010 (segunda y última parte). José Luis Romero del Hombrebueno Gómez.

La Misericordia de Jesús, su compasión por nuestra miseria personal, a pesar de nuestras incesantes ingratitudes, la lástima que damos a Jesús y que  le mueve a ayudarnos, a perdonarnos,  deben ser  palanca en nuestra vida de fe, razón de nuestra esperanza. Somos pecadores pero Cristo nos persigue con su perdón.

            El bestial sufrimiento a que se vio sometido Jesucristo, bien reflejado en la película de La Pasión de Gibson,  basada en las huellas de la Sábana Santa y en las visiones de la beata Ana Catalina Emmerich, no nos puede dejar impasibles.

            En el huerto de los Olivos, cuando Cristo oraba e iba asumiendo el sufrimiento que le espera se descompuso al pensar como hombre en el sufrimiento, pero su alma, como Hijo de Dios sintió un indecible dolor al ponerse delante de todos los horrores cometidos por el hombre en toda su existencia desde Adán. Crímenes, sacrilegios, tibiezas, odios… todo hubo de redimirlo asumiéndolo en su Persona.

            Cito unos párrafos de  la visión de la beata A Catalina Emmerich de los padecimientos de Jesús en el huerto de los olivos:

            “Postrado en tierra, inclinado su rostro ya anegado en un mar de tristeza, todos los pecados del mundo se le aparecieron bajo infinitas formas en toda su fealdad interior; tomolos todos sobre sí, y ofreciose en la oración, a la justicia de su Padre celestial para pagar esta terrible deuda. Pero Satanás que se agitaba en medio de todos estos horrores con una sonrisa infernal, se enfurecía contra Jesús; y haciendo pasar ante sus ojos pinturas cada vez más horribles, gritaba a su santa humanidad ” ¡ Cómo! ¿Tomarás tú éste también sobre ti? ¿sufrirás su castigo?, ¿quieres satisfacer por todo esto?”. Entre los pecados del mundo que pesaban sobre el Salvador, yo vi también los mios; y del círculo de tentaciones que lo rodeaban vi salir hacia mi como un rio en donde todas mis culpas me fueron presentadas.”

            “Al principio Jesús estaba arrodillado y oraba con serenidad; pero después su alma se horrorizó al aspecto de los crímenes innumerables de los hombres y de su ingratitud para con Dios: sintió un dolor tan vehemente, que exclamó diciendo “¡Padre mío, todo os es posible, alejad este cáliz!”  Después se recogió y dijo: “Que vuestra voluntad se haga y no la mía”. Su voluntad era la de su Padre; pero abandonado por su amor a las debilidades de la humanidad temblaba al aspecto de la muerte. Yo vi la caverna llena de formas espantosas; vi todos los pecados, toda la malicia, todos los vicios, todos los tormentos, todas las ingratitudes que le oprimian: el espanto de la muerte, el terror que sentía como hombre al aspecto de los padecimientos expiatorios, le asaltaban bajo la figura de espectros horrendos. Sus rodillas vacilaban; juntaba las manos; inundándolo el sudor, y se estremecía de horror. Por fin se levantó, temblaban sus rodillas, apenas podían sostenerlo; tenía la fisonomía descompuesta, y estaba desconocido, pálido y erizados los cabellos sobre la cabeza.”

Si la Sábana Santa es auténtica, como parece serlo, los latigazos que recibió son los que describe esta obra cinematográfica. Le golpearon al detenerlo, ante los sumos sacerdotes, conducido hasta Pilatos, después azotado primero con varas y después con un látigo  cuyas tiras de cuero  terminaban con piedras atadas y un pequeño  gancho que al ser retirado se llevaba carne. Cuentan los médicos que han analizado esta reliquia que un ser humano normal hubiese muerto con esta tortura.

 Después el Via Crucis, con las caidas que le provocaron enormes contusiones, y al final la Cruz, donde sumado al dolor, un crucificado ante todo se asfixia y para respirar tenía que elevarse apoyándose en los pies clavados… 

Nos demostró que le importamos mucho y nos recuerda que ésto va en serio, Dios nos quiere a su lado y nos pide que aceptemos nuestra cruz en esta vida, con serenidad y confianza en él que nunca nos carga más peso del que podemos soportar.

            Hago mención aquí también a Santa Faustina Kowalska, la religiosa polaca  a la que Cristo se  reveló. Ella insistía en que Jesús le encargaba que recordase a todos que El está lleno de Misericordia y que suspira más por los pecadores que por los justos, que no quiere que se pierda nadie y que nadie piense que su pecado le ha alejado definitivamente de Dios.

 Nos dice Jesús a través de ella: “ Diles a las almas pecadoras que no tengan miedo de acercarse a Mí, habla de Mi gran Misericordia.” Diario 1396. “Persigo a los pecadores con Mi Misericordia en todos sus caminos y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí.” Diario 1728. “Secretaria Mía, escribe que soy más generoso para los pecadores que para los justos. Por ellos he bajado a la Tierra… por ellos he derramado mi sangre; que no tengan miedo de acercarse a Mí, son los que más necesitan Mi misericordia.” Diario 1275.

            No olvidamos la invitación del Papa Juan Pablo II en su inauguración del papado: “No tengais miedo a Cristo”.

No puedo evitar recordar como en el relato de la Pasión queda patente la enorme importancia que Jesús atribuye a la Obediencia.

            Cristo obedece a su Padre, culmina su existencia terrena entregando su vida para salvar la humanidad. Obedece a su Padre y como hijo, en ese acontecer de la obediencia,  sufre ( “sufriendo aprendió a obedecer”… “si es posible que pase de mi este cáliz, pero sea tu voluntad…”) y se siente profundamente triste en el huerto de los olivos y en la cruz exclama… “por qué me has desamparado”… y afirma antes de morir  “todo está cumplido”.

Jesucristo no actuaba espontáneamente, oraba, “hablaba”con su Padre y después actuaba. No paraba de repetir que cumplía la voluntad de su Padre.

La obediencia a Dios, en muchas ocasiones es entendida como esclavitud, sometimiento a una tiranía, pero, la obediencia a Dios es sólo respuesta a su amor, agradecimiento al Creador. Si obedezco a quien me ama no me someto por que su mandato lo es de amor, su autoridad es verdadera. Manda para el bien y pretende que mi realización personal sea correcta y completa para mi verdadera felicidad, para nuestro gozo  y gloria suya.

Obediencia, Padre, Autoridad… es realmente difícil, para nuestra generación, entender correctamente estos conceptos que hablan de la tarea de la Paternidad, en una sociedad empapada de la corriente de pensamiento posmoderno que hace al individuo creer en una plena  autosuficiencia.

Olvidándonos de nuestro entorno, nos concentramos en nuestra realización personal. Además, como no se cree posible llegar a construir un futuro mejor se decide disfrutar al menos el presente con actitudes hedonistas. Recordemos al hijo pródigo rechazando al Padre. Yo me lo guiso, yo me lo como.

 Pero esto es una mentira, ya lo sabemos, el Padre y el Maestro, pero añado, el buen Padre y el buen Maestro son imprescindibles en el desarrollo y el aprendizaje de la persona, y no sólo de niño, sino también de adulto. Si mi Padre me quiere merece mi obediencia y ante todo me conviene obedecerle. Eso hizo Jesús.

¿Y cómo engarzamos aquí la Libertad de Jesús si obedeció, la libertad del cristiano que obedece?

Es tan sencillo como saber que Jesús, y nosotros en todo momento tenemos la puerta de la desobediencia abierta, por eso somos libres, por eso existe el pecado que es la elección equivocada. Por eso Satanás es el seductor, el mentiroso, el que nos ofrece las falsas verdades, los falsos bienes, las distintas opciones libres erróneas que nos acarrean desgracia. El lobo con piel de cordero. Por esa libertad nos equivocamos y de esa manera aprendemos donde está la opción verdadera . Equivocando un camino  aprendemos que el bueno era el otro, pero si en primer lugar elijo el camino bueno soy igual de libre y me ahorro esfuerzo innecesario.

La inmediatez de resultados que hoy se espera de todo esfuerzo, impide también comprender la obediencia, por que sus frutos no se obtienen a corto plazo.

            Por otro lado, Cristo tenía una misión, y dedica su vida a esclarecer y realizar lo concreto de ella hasta que la culmina. Orando, pegado a su Padre…, ” qué hago ahora”, cómo continuo, “qué quieres de mí”.

 Todos nosotros tenemos una misión en la vida, un encargo de Dios que debemos discernir para nuestro bien y el de nuestros hermanos.  Aquí no hay lugar para el azar, Dios no juega a los dados con el Hombre. Somos personajes de una novela llamados cada uno a desempeñar nuestro papel y no otro, ni de otra manera. Somos nuestra misión.  Y nuestra misión es nuestra vocación, como decía el jesuita Querejazu ”Todo nos gusta, pero nada nos contenta. Muchas posibilidades nos atraen, nos tientan,  pero una sola es la que debemos seguir. Todo hombre entre sus varios seres posibles encuentra siempre uno que es su  auténtico ser. La voz que  llama a ese auténtico ser se llama Vocación. Y misión del hombre, primordial, es el realizarlo.”

Cristo es nuestro prototipo de vocación acogida y realizada al completo.

En  lenguaje coloquial decimos que las cosas se hacen “ como Dios quiere y manda”. Hacer en nuestra vida lo que Dios quiere y manda es desarrollar nuestra propia vocación, ser auténticos, nosotros mismos, disfrutar de la satisfacción del deber cumplido, realizar en nuestras vidas la imitación de Cristo.

 Obediencia, Vocación, Misión… cada hombre está aquí por algo ( porque Dios ha querido) y está aquí para algo, porque Dios nos encarga algo.

 En la Pasión de Cristo se dibuja con claridad su Misión, su Vocación, su encargo, su Obediencia a pesar del gran sacrificio que supuso.

 La Pasión de Cristo trascurrió de aquel modo como consecuencia de la Obediencia a su Padre.

El hombre, para imitar a Cristo, tiene que hacerse hijo: confiar, obedecer, disfrutar de la protección del Padre, descansar en la seguridad que ofrece el Padre, comprender que el Padre sabe cosas que nosotros no sabemos y nos ofrece un camino que podemos no entender, porque no conocemos las cosas que El conoce.

 El hombre llega a hacer cosas que le pueden dañar en una magnitud que no imagina. En la parábola del hijo pródigo queda patente: la desobediencia perjudica al hijo libertino, le acarrea infelicidad y desgracia, y sólo la vuelta al Padre restituye el gozo del hijo.

Jesucristo es el hijo que obedece y hasta la cruz, pero a diferencia del hijo mayor de la parábola del hijo pródigo, a Jesús no le amarga obedecer, no pone una mano en el arado y mira atrás, goza su filiación, y no tiene resentimiento hacia el padre porque intente recuperar al que lo rechaza. Al contrario, ayuda al Padre a que el hermano rebelde regrese a casa.

 “Comía con publicanos y pecadores”  y los fariseos que eran los equivalentes al hijo fiel, los de dentro, no entendían que Jesús prestase su dedicación a los rebeldes, a los pecadores, vivían su filiación como pura Ley y no la vivían a fondo, desde el corazón. (Benedicto XVI).

 Hoy nosotros, cristianos viejos, seríamos un poco ese hermano mayor que se queda en casa pero, en el fondo también ha soñado con hacer lo que su hermano y quizá no ha tenido valor. Como dice el Papa Benedicto XVI en su libro “ Jesús de Nazaret”: “(El hermano mayor) Sólo ve la injusticia  cometida con él, respecto del hermano menor que abandona al Padre. Y así se demuestra que él, en silencio, también había soñado con una libertad sin límites, que había un rescoldo interior de amargura en su obediencia, y que no conoce la gracia que supone estar en casa, la auténtica libertad que tiene como hijo.”

Jesús hace dos llamadas: una tratando de conquistar el corazón de sus adversarios, de sus hermanos rebeldes como dice San Pablo: “En nombre de Cristo os pedimos que os reconcilieis con Dios”. Y otra llamada a los hijos fieles, a los de dentro,  recordándoles “Hijo ,tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.” Nos pide valorar nuestra situación de hijos fieles sin que olvidemos que nos ama, y que tenemos que colaborar con él en la conversión de los hermanos perdidos con compasión, para una pronta llegada del Reino de Dios.

La llamada posmodernidad,  corriente cultural que impera hoy,  hija del vacío espiritual y la ausencia de sentido de la vida que dejó  la modernidad, su predecesora, la que soñaba con un mundo feliz gracias la ciencia y la técnica y lejos de la Iglesia, lejos de Dios,  me recuerda al hijo pródigo cuidando puercos y peleándose la comida con ellos. Puede resultar, quizá, un punto de partida para añorar  al gran ausente hoy, la figura del Padre. Un Padre que ha dejado de existir también socialmente. Nadie quiere ser Padre, nadie quiere ser responsable de nada, ni de hijos, ni de proyectos. Toda responsabilidad queda diluida, no hay verdadera autoridad, porque las tenemos ambas mal entendidas. No reconocemos que sin autoridad no hay camino, no hay guía.

Los que permanecemos en la Iglesia, criticamos a los  rebeldes, pero en el fondo envidiamos su “libertad sin límites”, su  “no obediencia”, porque no captamos la grandeza de estar en la casa del Padre y vemos un Dios Ley y nos vemos en relación jurídica con El. Pero Dios es algo más que Ley, hemos de convertirnos al Dios más grande, al Dios del amor. Entonces la obediencia brotará de fuentes más profundas y será, por ello, más sincera y pura, pero sobre todo también más humilde. (Benedicto XVI)

Con todo lo anterior reflexiono sobre las razones de la obediencia de Jesús en la Pasión.

Amaba tanto a su Padre que incluso se sometió al martirio cuando se lo pidió.

Como después, en la historia de la Iglesia, tantos Santos imitando a Jesucristo se  han sometido a martirio por Amor a Dios.

¿Amamos hoy a Cristo? ¿Amamos hoy a Dios? 

Habría que decir: ¿Oramos para descubrir la voluntad de Dios en nuestras vidas? ¿Intentamos discernir nuestra vocación, nuestro encargo de Dios en esta vida?

Sólo es posible cumplir la voluntad de Dios si miramos con los ojos del corazón.  Aplicando sólo la razón únicamente seremos capaces de cumplir leyes y justificarnos.

Sólo es posible abrirse al Amor si hacemos de nuestras vidas una Misión que Dios nos va revelando en la Oración. Es entonces cuando todas las facultades del Hombre se desarrollan con todo sentido, con ilusión… cuando las virtudes se hacen patentes. Cuando el hombre de la mano de Dios se realiza con plenitud..

Os deseo a todos que la Gracia de Dios abunde en vuestras vidas.

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA 2010 SOCUÉLLAMOS (primera parte). José Luis Romero del Hombrebueno Gómez.

Hermanos sacerdotes y hermanos de la Junta de Cofradías, gracias por haber tenido esta gran atención hacia mi persona y haberme permitido dirigirme con este pregón a vosotros, Comunidad Cristiana de Socuéllamos.

  Lo presento como el prólogo de esta Semana Santa 2010, pero antes como un humilde aporte en la evangelización que a todos nos encarga Cristo, para animar y esperanzar a nuestros hermanos en el tortuoso y apasionante camino que conduce a Dios.

Quizá no sea la ocasión más oportuna, pero aprovecho desde aquí para agradecer su testimonio a ciertas personas destacadas en mi formación cristiana: la hermana  Rosa en mi preparación a la primera comunión, la hermana difunta Carmen Mejías (que dejó su vida en la misión carmelita de Timor, donde está enterrada) que se atrevió a hablarme de Jesús en profundidad y me contaba cómo deseaba ser enviada a una misión a entregar su vida; sacerdotes como Don Jesús en mi infancia, mi primer confesor y Don Antonio y Don Secundino que me animaron a realizar el curso de fundamentación cristiana en el Seminario, de dónde conservo gratos recuerdos.  Don Lorenzo Trujillo Díaz,  rector del Seminario de Ciudad Real en mi estancia que me enseñó como enseña un padre, con aprecio y cariño.  Y que decir tiene, a mis padres que me enseñaron, junto con mis abuelos, que Dios es el primero y que siempre han tenido presente al Señor en los momentos más delicados de nuestra familia.

He pensado empezar por el final para destacar que tras la Pasión de Cristo, todo acabó bien, que Cristo resucitó y nos comunicó el Espíritu Santo, que se desarrolló una primera comunidad cristiana que fue el germen de nuestra Iglesia de hoy…, que la resurrección del Señor no ha dejado de dar frutos desde entonces… y que los sigue dando, aunque no los sepamos reconocer. Que se está cumpliendo el plan de Dios y que tenemos que colaborar con El para que se siga desarrollando en cada uno de nosotros…

Que los Cristianos celebramos que hemos sido salvados por Cristo… y no nos debe agobiar nuestro pecado… que sólo hemos de esforzarnos animosamente para ir superando nuestras limitaciones de la mano de Dios, para aprender lo que El quiere que aprendamos: a amar de corazón a las personas y a su creación, superados egoísmos, y así, ser constructores creativos y felices de su Reino que empieza, que está germinando en este mundo.

 Estamos aprendiendo a andar como los niños e inevitablemente tenemos que caer, pero está nuestro Padre al lado con la mano extendida para que no nos desalentemos. Este mundo pasajero es una escuela de Dios.

Pienso que los cristianos hoy, en buena parte arrastrados por la corriente de lo “políticamente correcto”, volvemos la cara, bajamos la mirada cuando Cristo nos mira ensangrentado arrastrando su cruz…  significarse en público hoy como católico y priorizar abiertamente su seguimiento  ya está siendo motivo de dificultades en diversos aspectos de nuestra vida social.

 Entre los mismos cristianos hay excesivas dudas e ignorancia sobre temas fundamentales de fe que provocan sensación de sinsentido en el seguimiento de Cristo. Igualmente vemos como la mera práctica habitual de los sacramentos no es ya común ni entre los que nos llamamos cristianos.  Avergonzarse de Cristo cada vez es más habitual, porque cada vez más se nos señala con el dedo como a San Pedro: “ese es de los que le acompañaban”, “No, yo no le conozco” que traducido hoy sería “ Yo soy cristiano pero no penséis que soy como los del Opus”, y creo sinceramente que ese “no ser del Opus” que tanto repetimos coloquialmente, resulta un sinónimo de “tranquilo, no te asustes, que soy cristiano, pero light, no me vayas a confundir con un fundamentalista”.

 Y me pregunto, ¿independientemente de ser del Opus o de mi parroquia, se puede ser cristiano Light? ¿Puedo afirmar, sin faltar a la mera lógica, que soy cristiano pero que me confieso con Dios, que la misa sólo muy de vez en cuando, que en los negocios a Dios lo dejo en la puerta, que qué es eso de la oración… el Rosario para mi abuela…perdonar es de tontos… Quién hoy de entre nosotros levanta la voz en defensa de Cristo en la calle, de qué forma le reivindicamos en tantas ocasiones en que está siendo injuriado aunque sea tan solo para pedir educadamente respeto hacia El.

Creo que la Semana Santa es un tiempo especial para que reflexionemos sobre ésto.

Nos estamos distanciando de  nuestra Iglesia, de la Iglesia de Cristo. Abundan tal cantidad de eventos lúdicos que la práctica religiosa nos aparece como un cargo.

 Es como cuando hay feria y nos cuesta ir a visitar al abuelo. El esplendor y el ruido de la feria nos hace olvidar lo que nos quiere el abuelo y la gran alegría que supone para él nuestra  presencia. Y de tanto abandonar estas visitas la relación con él se deteriora,  perdemos complicidad y ya entonces visitar al abuelo supondrá una obligación, un cumplido.

Eso sí cuando llega su cumpleaños como hay tarta y propina voy, pero a la tarta y a la fiesta. El abuelo ha pasado a un segundo plano. Eso sería también lo que nos pasa en Semana Santa: las procesiones, vestirse de nazareno, el espectáculo de las bandas de cornetas y tambores… El protagonismo, a veces, ya no lo es tanto de Cristo mismo, sino de la propia  puesta en escena de la Pasión, y entonces es como si nos señalan la luna y miramos al dedo.

Pero el Señor,  lleno de Misericordia y Sabiduría nos hace ver la Verdad y nos alecciona con cariño para que volvamos a visitarle con frecuencia por amor a El y por nada más. Para eso, a cada uno de  nosotros, en nuestra conciencia,  nos hace ver qué es lo principal y dónde tenemos que centrar  nuestra atención. Hay que hacer un esfuerzo constante por volver a poner a Cristo y su mensaje en su sitio, es decir, por delante de todo.

Cristo nos ha traído el GRAN MENSAJE,  LA BUENA NOTICIA.  “hombres y mujeres del mundo, esta vida tiene sentido, Dios está detrás de todo y, al final, todo saldrá bien.” Hay una esperanza, dejemos de lamentarnos, dejemos de disfrutar sólo el presente egoístamente,…”comamos y bebamos que mañana moriremos” dice San Pablo y en socuellamino diríamos  “disfruta todo lo que puedas que eso es lo que te vas a llevar.” No así lo entendemos los cristianos, lo que nos vamos a llevar son las obras de misericordia que hayamos realizado por agradecimiento a Jesús…”tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve enfermo y me visitaste, en la cárcel y fuiste a verme…”

 Miremos hacia delante. La historia de la relación de Dios con el hombre se escribe también en tu vida, eres protagonista de una  parte de esta historia. Reflexionemos…recemos, descubrámoslo y vivamos la GRAN VIDA que nos ofrece Dios. Dios nos pide que abandonemos la mediocre vidilla llena de pequeños placeres mundanos que no son más que nimios consuelos para seguir tirando. Placenteros señuelos de Satanás que trabaja  incesantemente para distraer nuestro seguimiento de Cristo.

En esta Semana Santa, precisamente, recordamos que el mismo Jesús ha dedicado una parte de su agonía en su Pasión para tu exclusiva redención, “cada pelo de tu cabeza está contado”, … para Dios eres único. Somos únicos cada uno de nosotros. Somos pecadores, pero su gran Misericordia está por encima de nuestros pecados…dice el evangelio: ”si vosotros que sois malos, cuando vuestro hijo os pide pan no le dais una piedra, Dios que es sólo Amor qué os dará si le pedís para el bien de vuestras almas…”

 Nos manda amar y confiar en que estamos perdonados. Nos queda ser agradecidos por lo que YA ha hecho por nosotros.

 Recordemos en San Pablo en la carta a los romanos 4: “Hermanos no fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abraham y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia.”

Dios nos regala la salvación a través del Sacrificio de su Hijo. Agradezcámoslo.

            La  Resurrección del Señor supone, el gran triunfo, la gran liberación que espera al hombre. La eternidad en la felicidad, el estar en la presencia de Dios para siempre, todo Luz, todo descanso del alma, de la conciencia… gozo infinito que sólo podemos imaginar …  Creámoslo realmente, Jesús no padeció y murió para “cualquier cosa”.

Jesús antes de bajar a Jerusalén, tras anunciar su muerte a sus discípulos  quiere confortarlos “ No se turbe vuestro corazón, … me voy delante de vosotros para preparar lugar  para vosotros (en el Cielo)… si no fuese así no os lo hubiese dicho” . Esto es lo que mueve a entregarse en esta vida a la voluntad de Dios.

 

            Ningún estado del bienestar puede hacer feliz al hombre. Aunque haya sanidad pública, un sueldo para todos, carreteras… sin Dios, sin corazones convertidos a Dios, no hay sistema capaz de traer verdadera felicidad al hombre. Todas las civilizaciones acaban desmoronándose y la nuestra hoy no ha de ser más ni menos. Occidente como civilización va dando la espalda a Dios y eso no es bueno.

El Reino de Dios no es de este mundo, así ningún reino de este mundo podrá ser de Dios. Los  falsos reinos de este mundo son proyectos de Satanás, tentaciones de independencia con respecto a Dios creador y fin último de nuestras vidas. Todos se pintan muy bien, pero acaban apartando a Dios y la final sometiendo al hombre.

Imperios, repúblicas, dictaduras, monarquias… mil formas de organizar el mundo que apartando a Dios caen, porque el hombre por sí mismo no es capaz del Bien, necesita a Dios. Esto es lo que nos  enseña la Biblia y vemos como sucesivamente en la “Historia de la Salvación” el hombre se ha apartado de Dios y ello sólo le ha traido desgracia.

 En nuestro sistema ya hemos conseguido un bienestar material y vemos cómo  la gente piensa que Dios ya no es necesario. A Dios le pediamos pan, salud… pero ya nos lo han dado la ciencia y la tecnología. Estábamos equivocados no hacía falta Dios, el hombre se bastaba solo. ¿O acaso es que Dios no está para eso?

Satanás tentó a Cristo en el desierto y en su Pasión: “domina el mundo, gobierna el mundo, independízate de Dios.” “¿Vas a obedecer a tu Padre y sacrificarte y sufrir por estos ingratos ?” “Domínalos, no tengas piedad.”

Estamos hartos de pan, pero ¿vive de pan principalmente el hombre? ¿nos ha traido la felicidad este progreso? ¿no está hoy más endurecido nuestro corazón? … aborto (asesinato en cristiano), violencia, corrupción, divorcios (uno de cada dos o tres matrimonios), soledad (abuelos abandonados…), depresión , libertinaje de los hijos (niños rebelados sus padres que les quisieron dar todo excepto lo más importante, una buena educación en valores cristianos), insatisfacción, falta de perdón, puerta cerrada a la procreación generosa y abierta a Dios (tener un hijo no se debe plantear dando tanto peso a lo económico, )…

Para solucionar lo anterior sí hemos de pensar en Cristo, no tanto para dinero y salud. Cristo nos enseña que antes es estar al lado de Dios que estar harto de dinero y salud. Esto es difícil de tragar. Un enfermo orante será pues más gozoso en su alma que  otro sano y solvente apartado de Dios. ¿Para qué quiero la salud si no tengo a Dios? ¿Para qué quiero el dinero si no tengo a Dios? 

Nos fijamos en los afortunados que orgullosos y soberbios dan la espalda a Dios. Exteriormente todo reluce, coches, propiedades, fiestas… la tele está llena de personajes así… nos gustaría disfrutar como ellos… “ojalá me toque la lotería”…pero si pudiésemos ver de la misma forma su interior y contemplásemos el gran vacío que ocupa el alma de quien rechaza a Dios no querríamos ni un céntimo. Algunos santos como Santa Teresa de Jesús en sus visiones nos describen el horror de las almas que han rechazado a Dios.

Nos dice el Papa: “ Interpretar el cristianismo como una receta para el progreso y reconocer el bienestar común (en este mundo) como la auténtica finalidad de todas las religiones, también de la cristiana, es la nueva forma de la misma tentación”,(el reino de Dios en este mundo). Benedicto XVI.

 Hoy adoramos al ídolo “democracia” y estamos viendo cómo sin buenas personas, sin caridad, sin corazones convertidos tampoco nos vale, la corrupción se la come. La democracia no trae el Bien, no contiene lo bueno en sí misma, la hemos idolatrado. El Bien sólo puede venir de Dios. Ser un buen demócrata no te asegura  ser  una buena persona.  El hombre tiene una tendencia al mal y sólo con la ayuda de Dios puede corregirlo.  

Jesús, cuando es tentado por el Diablo en el desierto rechaza la tentación de dominar el mundo, y por eso, en el patíbulo, ante Pilatos, es simbólicamente  puesto en alternativa a Barrabás, lider político que se sublevó a los romanos: pan y poder para Israel. Jesús, sin embargo, es un líder espiritual, el Hijo de Dios, y es rechazado, el hombre se inclina por lo tangible: el pan y el poder.

A Jesús, le habían visto hacer milagros, verdaderas maravillas y, sin embargo, al final, es arrestado, calumniado, azotado… dónde están los milagros que hacía, era una farsa, por qué ahora no emplea su “magia” para librarse de los romanos y los judios … para llegar al poder y dar pan a los suyos…

Olvidaban lo que en tantas ocasiones les había dicho y que repitió definitivamente ante Pilatos:  ”mi Reino no es de este mundo”. Ni los propios discípulos fueron conscientes de ello hasta que Dios les otorgó la gracia del Espíritu Santo, aturdidos no entendían nada, se mantenían al lado de Jesús hasta que en el huerto de Getsemaní, la tentación de la traición por miedo les hizo huir despavoridos.

Los cristianos también hoy huimos despavoridos cuando el seguimiento de Cristo nos plantea retos serios. Sabemos qué es lo bueno muchas veces, pero la tentación del maligno Satanás nos dice “dónde vas… quítate cargos…”

Vuelvo a citar al Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret: Y si Cristo no nos ha traido el pan ( porque no ha hecho desaparecer el hambre en el mundo). Y si Cristo no ha traido el poder ( porque no gobernó el mundo). ¿Qué vino a traernos?

Vino a traernos a Dios, por tanto, a traernos el Bien, la Verdad, el Camino… lo que nos da la salud del alma, lo que llamamos el gozo interior. Vino a saciar el hambre de Dios y a decirnos que el que quiera ser el primero que sirva a todos con humildad.

Los cristianos ante la existencia de tantas ONG no cristianas, nos hacemos la misma pregunta. Si los no cristianos llevan  el pan a los pobres ¿para qué me hace falta ser cristiano ?

En una misión, lo que primero  lleva un cristiano es a Dios mismo.

 A Dios primero y el pan después. “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” respondió Jesús a Satanás en el desierto.

Para un cristiano el hombre no es otra especie más, como ahora se insiste en inculcar. El hombre verdadero, el HOMBRE con mayúsculas es imagen de Dios, es el rey de la Creación,  a la que debe respetar como tal y debe anteponer a Dios  al pan y a lo tangible.  

La falta de fe no nos deja quitar los ojos de lo que se puede tocar, un buen sueldo,  salud y un sistema político que me lo garantice para mucho tiempo.

El hombre para recibir a Dios tiene que vaciarse primero, llenos de cosas, no nos cabe Dios y hasta pensamos que no lo necesitamos.

Los discípulos, tres años acompañando a Jesús en su intimidad, no fueron capaces de verlo. Esta verdad trascendente, esta capacidad de reconocer la primacía de Cristo  sólo se puede entender con la gracia de Dios, con los ojos de la fe que Dios otorga a quienes El elije.

Si Cristo en su vida pública rompe todos los esquemas de sus coetáneos, en el desenlace de la Pasión más aún. No hay explicación. Sólo a la luz de la Resurrección por medio del Espíritu Santo se podrá entender tamaño sacrificio.

HISPANIA ANNUS DOMINI MMX…

MARCO TULIO CICERON

“El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado”.

No hay que inventar ninguna fórmula mágica ni novedosa para superar la crisis… Volvamos a los clásicos en concreto al año 55 antes de Cristo, sustituyamos la palabra «Roma» por «España», al lado de donde pone «funcionarios públicos» podríamos añadir «y los políticos»… No hay que hacer muchos comentarios…

SALUDA DEL PREGONERO DE LA SEMANA SANTA DE SOCUÉLLAMOS 2010

Semana Santa, quizás «fiesta de la primavera» de aquí a no demasiado tiempo. Hoy ya en muchos municipios es evento cultural destacado, escaparate turístico.

Los cristianos haríamos bien ignorando el señuelo y que nuestra Semana Santa siguiera siendo celebración de la cumbre de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor. El gran misterio del sufrimiento voluntario del Hijo de Dios, la incomprensible decisión de aceptar el dolor, la locura divina a los ojos de la razón humana… para al final resucitar, razón de nuestra fe.

En este «invierno de la Iglesia» como lo denominó el Papa Juan Pablo II, hemos de ser cautelosos y conservar la esencia, no separarnos de la verdad y del camino de Dios, que no es nuestro camino.

Os deseo a todos un especial encuentro con el Señor como lo deseo para mí.

José Luis Romero del Hombrebueno Gómez.

(Publicado en el libro oficial de la Semana Santa de Socuéllamos, Ciudad Real, España)

MARÍA SIMMA Y LAS ALMAS DEL PURGATORIO.

La verdad es que no sé si os he hablado anteriormente en este blog sobre María Simma, da igual porque nunca está demás recordar ciertas cosas. Os transcribo una entrevista que yo ya conocía a través de páginas de internet dedicadas a laVirgen María (cuyos enlaces están en el blog, María Vallejo-Nágera habla sobre ella). Daos cuenta de lo importante que es este testimonio, y hasta que punto nos plantea un gran interrogante que reta a nuestro raciocinio materialista. En definitiva el purgatorio es dogma de fé (es decir, si no lo crees no eres católico) ningún Papa ha dicho hasta hoy nada contrario al respecto… Ahí va, por favor leed con atención, la entrevista la hace Sor Emmanuel una monja que conocéis a través de varias entradas que hay en este blog, relacionada con Medjugorje, no será la última vez que hablemos sobre ella. (la entrevista es sólo un extracto, la totalidad se encuentra si no me equivoco en www.reinadelcielo.org y en www.medjugorje.es/mariasimma.php )

María Simma.

Sor Emanuel: Henos aquí, María, ¿puedes contarnos ahora cómo fuiste visitada, la primera vez, por un alma del Purgatorio?

María Simma: Sí, fue en el año 1940, de noche, a las 3 o 4 de la madrugada. Oí a alguno que iba y venía en mi cuarto. Esto me despertó. Miré para ver quien pudiese haber entrado en mi cuarto.
Al día siguiente, después de misa, fui a ver a mi director espiritual y le conté lo sucedido. El me dijo «Si todo eso recomienza, no preguntes: «¿Quien eres?, sino, ¿“Qué quieres de mí?».
La noche siguiente el hombre regresó. Era el mismo, y yo le pregunté: «¿Qué quieres de mí?». Me respondió: «Haz celebrar tres misas por mí y yo seré liberado». Entonces comprendí que era un alma del Purgatorio. Mi padre espiritual me lo confirmó. Me aconsejó de no rechazar jamás a las almas del Purgatorio, y de acoger con generosidad sus pedidos.

– Y después, ¿continuaron las visitas?

– Sí, durante algunos años venían tres o cuatro almas solamente, sobre todo en el mes de noviembre. Luego no vinieron más.

– ¿Y qué te piden estas almas?

– Muchas veces piden de hacer celebrar misas y de asistir a esas misas; piden de recitar Rosarios, y también de hacer el Vía Crucis.

– Pero, María, ¿por qué se va al Purgatorio? ¿Cuáles son los pecados que conducen con frecuencia a las almas al Purgatorio?

– Son los pecados contra la caridad, contra el amor hacia el prójimo, la dureza del corazón, la hostilidad, la calumnia; sí, todas estas cosas. Sé que la maldición y la calumnia se cuentan entre las culpas más graves que necesitan una larga purificación.

Al respecto María nos reveló un testimonio que nos hace reflexionar. Es la historia de una persona que ella conocía muy bien. Esta persona había muerto. Era una mujer y se encontraba en el Purgatorio, padeciendo sufrimientos atroces. Y cuando esa alma visitó a María, ella le preguntó el porqué; y el porqué era que ella tenía una amiga, sí, una amiga con la cual surgió una enemistad muy grande; y esa enemistad había sido causada por ella misma y, a pesar de todo, había conservado su rencor por años y años; y cuando su amiga, en varias circunstancias, había venido a pedirle de hacer las paces, de reconciliarse, ella la rechazaba; y cuando cayó gravemente enferma, había continuado a tener cerrado su corazón, a rechazar la paz que se le proponía; y hasta en el lecho de muerte, aquella amiga había venido a suplicarle de hacer las paces; pero aún en su lecho de muerte ella había rechazado reconciliarse. Por ese motivo se encontraba aún en un purgatorio muy doloroso, y por eso había venido a pedir ayuda a María.

Este testimonio sobre la gravedad de conservar el rencor es muy significativo. Por lo que se refiere a las palabras, nunca se dirá bastante acerca de cómo una palabra de crítica, una palabra malévola pueda realmente matar, y también cómo una buena palabra pueda curar.

– Entonces, María, ¿puedes decirnos quienes son los que tienen mayores posibilidades de ir directamente al Paraíso?

– Son aquellos que tienen un corazón bueno, un corazón bueno hacia todos. La caridad cubre una multitud de pecados.

– María, tú fuiste invitada, muchas veces, a sufrir por las almas del Purgatorio para liberarlas. ¡Puedes decirnos qué has vivido y probado en esos momentos!

– La primera vez un alma (era una mujer) me preguntó si quería sufrir tres horas, en mi cuerpo, por ella; y agregó que luego yo podría retomar mi trabajo. Yo me dije: «Si es sólo por tres horas, quiero aceptar». Esas tres horas me parecieron que durasen como tres días, tan terribles eran los sufrimientos. Pero, al final, miré el reloj y vi que habían pasado sólo tres horas. EI alma luego me dijo que, habiendo aceptado sufrir con amor esas tres horas, le había ahorrado veinte años de Purgatorio.

– María, ¿por qué, una vez llegados al Purgatorio, no se pueden adquirir méritos y, en cambio, mientras se está en la tierra siempre se los pueden adquirir?

– Porque en el momento de la muerte los méritos se terminan. Mientras uno vive en la tierra puede reparar el mal que ha cometido antes. Las almas del Purgatorio tienen una santa envidia por esta posibilidad nuestra. Hasta los Ángeles son celosos de nosotros, porque tenemos la posibilidad de «crecer» mientras estamos sobre la tierra. Pero muchas veces la aparición del sufrimiento en nuestra vida nos hace rebelar y tenemos dificultad en aceptarlo y vivirlo bien.

– Entonces, ¿cómo vivir el sufrimiento para que pueda dar frutos?

– Los sufrimientos son la prueba más grande del amor de Dios, y si se ofrecen bien, pueden ganar muchas almas.

– María, quisiera preguntarte en el momento de la muerte ¿se da un tiempo en el que el alma tiene la posibilidad de dirigirse a Dios antes de entrar en la eternidad, un tiempo, si se quiere, entre lo muerte aparente y la muerte real?

– Sí, el Señor da a cada alma algún instante para que se arrepienta de sus pecados y se decida si acepta o no acepta llegar a Dios. En ese breve tiempo se ve como en un fìlme la propia vida. Yo conocía a un hombre que creía en los preceptos de la Iglesia, pero no en la vida eterna; un día se enfermó gravemente y entró en coma. Entonces él se vio en una sala con una pizarra en la que estaban escritas todas sus acciones: tanto las buenas como las malas; luego la pizarra desapareció, también las paredes de aquella sala, y todo era infinitamente bello. Luego se despertó del coma y decidió cambiar de vida.

– María, ¿qué consejos darás a quien quisiera hacerse santo ya en esta tierra?

– Ser humildísimo. No debe ocuparse de sí mismo. Debe huir del orgullo, que es la trampa más peligrosa que tiende el Maligno.

Espero que la lectura de esta entrevista nos sirva para acrecentar nuestras oraciones por los difuntos, y como reflexión sobre nuestro modo de vida.

Un abrazo.

LA APASIONANTE HISTORIA DE DANIEL RUFEISEN.

Ha llegado a mis antenas en la red esta apasionante historia. Como acostumbro, no me la reservo para mí sino que la comparto con vosotros, desocupados internautas; curiosos que caéis por aquí intencionada o casualmente…

Padre Daniel Rufeisen

SIENDO JUDÍO SE INFLITRÓ EN LAS SS, SALVÓ VIDAS Y SE HIZO CATÓLICO TRAS REFUGIARSE EN UN CONVENTO

Un joven judío sin medios económicos pero con inteligencia y sangre fría logró hacerse pasar por un alemán y llegar a ingresar en las temidas SS, la policía militar nazi, desde donde pudo salvar la vida de cientos de judíos gracias a la privilegiada información que manejaba. Tras ser descubierto huyó y se refugió en un convento de monjas católicas.

Oswald Rufeisen era en 1939 un muchacho polaco de apenas 17 años, pobre pero inteligente, con un don especial para hablar idiomas de forma tan fluída que incluso el alemán podría pasar por ser su lengua materna. Era miembro del movimiento sionista Akiva, proclive a la experiencia de vida en un kibbutz.

Comienza la huída de los nazis

Con la invasión de Polonia por parte de los nazis primero, y los sovieticos, después, Oswald tuvo que hacer las maletas y huir a una pequeña ciudad al este de Polonia llamada Mir, frontera con Rusia, de apenas cinco mil habitantes, de los cuales un tercio eran judíos.

Un hecho providencial

En el trayecto hacia Mir se encontró al borde del camino una bolsa con los documentos de un aleman que se le parecía de forma extraordinaria: rubio, ojos azules… podía pasar por ser un auténtico alemán de raza aria. Eso le permitió acceder a un puesto en la Policía para ser promocionado más adelante, en otoño de 1942, en la temida SS, la policía militar nazi.

Un sionista con uniforme de las SS

El nuevo cometido de Oswald como miembro de las SS era ser el traductor del jefe de la zona: Serafamovich, temido por sus colaboradores y por los judíos, a los que atemorizaba sin piedad.

Desde su privilegiado puesto, Oswald recibía información puntual de los nuevos objetivos de la represión de las SS a los judíos. Así, el día señalado por Serafamovich para liquidar el gueto de Mir, Rufeisen se las arregló para informar a los jefes de la resistencia, facilitarles un arsenal de armas y, entretanto, despistar a la policía militar llevándoles a otra zona con la excusa de capturar unos partisanos rusos.

Es descubierto

Como las operaciones de las SS para liquidar a los judíos fracasaban una y otra vez, los nazis comenzaron a sospechar de Oswald. Interrogado por un oficial de las SS y viendo que no tenía muchos argumentos de defensa, agarró un fusil que tenía a mano y salió alocadamente, esquivando los disparos que pretendían detenerlo.

Un convento de monjas

Tras una jornada corriendo sin rumbo fijo, y completamente exhausto, pudo encontrar refugio en un convento de monjas que lo escondieron en una buhardilla. Allí leyó una revista sobre milagros que habían sucedido en Lourdes que le impactaron tanto que pidió un Nuevo Testamento. «Estaba lleno de interrogantes. -comenta Oswald- Me preguntaba por qué sucedían cosas tan trágicas a mi pueblo. Me sentía un judío, me identificaba con la difícil situación de mi pueblo. También me sentía sionista».

Confrontarme con Jesús de Nazaret

«Tenía prejuicios contra la Iglesia -continua Oswald-. En el convento, solo, me creé un mundo artificial pretendiendo que dos mil años no hubieran pasado nunca. En este mundo de fe que yo mismo me había creado me confronté con Jesús de Nazaret. (…) La historia de Jesús es una parte de la historia judía. Así seguí los intercambios de ideas y controversias entre Jesús y algunos judíos».

Comienza la conversión

Me encontré de acuerdo con la visión y la actitud de Jesús frente al judaísmo -señala Rufeisen-. Sus sermones me tocaban profundamente. En este proceso olvidé todo lo que sucedió más tarde en la relación entre judíos y cristianos. Al mismo tiempo, necesitaba un maestro, a alguien que me indicara el camino, un guía, alguien fuerte, y así llegue al momento en que Jesús muere en la cruz y después resucita. De repente, no sé como, identifiqué su sufrimiento y su resurrección con el sufrimiento de mi pueblo y la esperanza de su resurrección. Comencé a pensar que si un hombre justo muere, no por sus pecados sino por las circunstancias, entonces debe ser Dios, porque es Dios quien devuelve la vida. Entonces pensé que si existía la justicia para Cristo en la forma de la resurrección, existiría también alguna forma de justicia para mi pueblo».

Una batalla psicológica

«Cuando comprendí que me encontraba frente a la decisión de abrazar el catolicismo comenzó en mí una batalla psicológica -dice Oswald-. Tenía todos los prejuicios sobre los judíos que se convierten al cristianismo. Perfectamente consciente de esto, temía que mi pueblo me rechazará. En realidad, no lo hicieron. En cualquier caso, la batalla psicológica duró dos días. Durante todo este tiempo lloré mucho, pidiendo a Dios la guía. No era una batalla intelectual. Intelectualmente aceptaba a Jesús».

No renunciar a las raíces

«Todo el problema -continua Oswald- concernía a la futura relación con mi pueblo judío, con mi hermano, quizá con mis padres si estaban vivos… Tendría que reconducir los elementos judíos al Nuevo Testamento, yo mismo iba a ser uno de estos elementos judíos, y otros conmigo. Hay muchas personas como yo, cristianos que se consideran judíos».

El bautismo católico

Oswald pidió el bautismo a la Madre Superiora del convento. «Pero si no sabes nada del cristianismo», objetó la religiosa. «Creo que Jesús fue el Mesías. Por favor, bautíceme hoy». Habían pasado tan sólo tres semanas de la huída del cuartel de las SS en Mira, y de ser un sionista radical, estaba a punto de abrazar el catolicismo.

Comienza una nueva vida

Una vez bautizado por una de las hermanas de la Resurrección, y ante los continuos registros que efectuaban los nazis, Oswald salió del convento para adentrarse en el bosque y colaborar con los partisanos rusos hasta que Polonia fue ocupada nuevamente por los soviéticos, expulsando a los nazis del territorio. 

Oswald desapareció de Mir en 1944, y reapareció de nuevo en 1952, pero ya como padre Daniel María del Sagrado Corazón de Jesús. Era sacerdote y carmelita.
Su gran sueño, vivir en Israel, pudo cumplirlo en 1956 al trasladarse al convento carmelita de Haifa, donde se reencontró con su único hermano, miembro de un moshav, así como a los amigos del movimiento Akiva y otros supervivientes judíos de Mir.

Sacado de RELIGIÓN EN LIBERTAD (www.elsemanaldigital.com)

 
 

Ignorancia y Grosería para la Ciudadanía. NO ERA ESTO…

«No era esto, no era esto…» Esta famosa frase, pronunciada por Ortega y Gasset al ver en lo que se habían convertido las ilusiones puestas en la II República Española, viene al pelo aplicada a lo que estamos llegando en el panorama educativo nacional.

Las ansias de renovación, de libertad, de calidad en la enseñanza que traía la sociedad española con el advenimiento de la democracia han dado como fruto un bódrio hecho de remiendos. Hemos fracasado en el intento de consensuar el modelo de educación que queremos para las nuevas generaciones usando la educación como arma arrojadiza contra el adversario. En consecuencia no se vé la educación como un fin sino como un instrumento que trabaja a favor de la ideología imperante de turno (nacionalismo, progresismo, etc).

Con las nuevas leyes se pretende sobre todo controlar lo que pasa en las aulas de tal modo que se ha convertido al profesor y al maestro en un burócrata que tiene que gastar más tiempo y energía en rellenar formularios que en dar la clase en sí. Con la llegada de Zapatero al poder se ha dado una nueva vuelta de tuerca porque, ya sin disimulo, se está utilizando la educación como herramienta de ingeniería social, expulsando de éste ámbito todo atisbo de libertad. Estamos asistiendo al alumbramiento de una nueva inquisición que expulsa fuera de la escuela cualquier pensamiento que se oponga al progresismo impregnado de «pensamiento débil» y de posmodernidad. Hace muy pocos años hubiera sido impensable imaginar siquiera unas páginas tan abyectas en un libro de texto dirigido a estudiantes menores de edad como las que os muestro a continuación. http://www.periodistadigital.com/ciencia/educacion/2010/03/16/epc-se-mofa-de-la-religion-marxismo-educacion-adoctrinamiento.shtml

A pesar de todo esto, en este pais nunca pasa nada, la capacidad de reacción que debería tener una sociedad mínimamente culta e informada queda neutralizada con una mortal anestesia  inoculada en vena por la tv, formada por una mezcla de fútbol, reality show y prensa rosa. Tristemente vivimos en una sociedad «bladiblub», ¿seremos capaces de reaccionar? ¿despertaremos algún día de nuestra somnolencia? ¿qué tiene que pasar para que digamos de una vez «hasta aquí hemos llegado»?. Ójala llegue pronto ese día.

50.000 VISITAS AL BLOG.

Si me hubieran dicho en octubre de 2008 que en un año y medio iba a tener más de 50.000 visitas no me lo hubiera creído. Este hecho me anima a seguir actualizando este humilde medio, no hace falta que repita que este blog está abierto a toda aquella persona que quiera aportar algún artículo o texto original que esté en comunión con nuestro ideario.

Recibid afectuosos saludos.

Juanjo.

VIDA DE LA VIRGEN MARIA LVI Y LVII

LVI
Llegan al país del rey de Causur

He vuelto a ver a los Reyes en las inmediaciones de una ciudad, cuyo nombre me
suena como Causur. Esta población se componía de carpas levantadas sobre bases
de piedra. Se detuvieron en casa del jefe o rey del país, cuya habitación se
encontraba a alguna distancia. Desde que se habían reunido en la población en
ruinas hasta aquí, habían andado cincuenta y tres o sesenta y tres horas de
camino.

Contaron al rey del lugar todo lo que habían observado en las estrellas y este
rey se asombró mucho del relato. Miró hacia el astro que les servía de guía y
vio, en efecto, a un Niñito en él con una cruz. Pidió a los Reyes volvieran a
contarle lo que vieren, porque él también deseaba levantar altares al Niño y
ofrecerle sacrificios. Tengo curiosidad de ver si cumplirá su palabra.

Era Domingo, día 2. Oí que hablaban al rey de sus observaciones astrales, y de
esa conversación recuerdo lo siguiente: Los antepasados de los Reyes eran de la
estirpe de Job, que antiguamente había habitado cerca del Cáucaso, aunque tenía
posesiones en comarcas muy lejanas. Más o menos 1500 años antes de Cristo,
aquella raza no se componía más que de una tribu. El profeta Balaam era de su
país y uno de sus discípulos había dado a conocer allí su profecía:

«Una estrella ha de nacer de Jacob»

dando las instrucciones al respecto. Su doctrina se había extendido mucho entre
ellos. Levantaron una torre alta en una montaña y varios astrólogos se turnaban
en ella alternativamente. He visto esa torre, parecida a una montaña, muy ancha
en su base y terminada en punta. Todo lo que observaban era anotado y pasaba
luego de boca en boca. Estas observaciones sufrieron repetidas interrupciones
debido a diversas causas. Más tarde se introdujeron prácticas execrables, como
el sacrificio de niños, aunque conservaban la creencia de que el Niño prometido
llegaría pronto. Alrededor de cinco siglos antes de Cristo cesaron estas
observaciones y aquellos hombres se dividieron en tres ramas diferentes,
formadas por tres hermanos que vivieron separados con sus familias.

Tenían tres hijas a las que Dios había concedido el don de profecía, las cuales
recorrieron el país vestidas de largos mantos, haciendo conocer las predicciones
relativas a la estrella y al Niño que debía salir de Jacob. Se dedicaron desde
entonces nuevamente a observar los astros y la expectación se hizo muy intensa
en las tres tribus. Estos tres Reyes descendían de aquellos tres hermanos a
través de quince generaciones que se habían sucedido en línea recta durante
quinientos años. Con la mezcla de unas razas con otras había variado también la
tez de estos tres Reyes, y en el color se diferenciaban unos de otros. Desde
esos cinco siglos no habían dejado de reunirse los reyes de vez en cuando para
observar los astros. Todos los hechos notables relacionados con el nacimiento de
Jesús y el advenimiento del Mesías les habían sido indicados mediante las
señales maravillosas de los astros. He visto algunas de estas señales, aunque no
las puedo describir con claridad.

Desde la concepción de María Santísima, es decir, desde quince años atrás, estas
señales indicaban con más claridad que la venida del Niño estaba próxima. Los
Reyes habían observado cosas que tenían relación con la pasión del Señor.
Pudieron calcular con exactitud la época en que saldría la estrella de Jacob,
anunciada por Balaam, porque habían visto la escala de Jacob, y, según el número
de escalones y la sucesión de los cuadros que allí se encontraban, era posible
calcular el advenimiento del Mesías, como sobre un calendario, porque la
extremidad de la escala llegaba hasta la estrella o bien la estrella misma era
la última imagen aparecida.

En el momento de la concepción de María habían visto a la Virgen con un cetro y
una balanza, sobre cuyos platillos había espigas de trigo y uvas. Algo más tarde
vieron a la Virgen con el Niño. Belén se les apareció como un hermoso palacio,
una casa llena de abundantes bendiciones. Vieron también allí dentro a la
Jerusalén celestial, y entre las dos moradas se extendía una ruta llena de
sombras, de espinas, de combate y de sangre. Ellos creyeron que esto debía
tomarse al pie de la letra: pensaron que el Rey esperado debía haber nacido en
medio de gran pompa y que todos los pueblos le rendirían homenaje, y por esto
iban con gran acompañamiento a honrarle y a ofrecerle sus dones.

La visión de la Jerusalén celestial la tomaron por su reino en la tierra y
pensaban encaminarse a esa ciudad. En cuanto al sendero lleno de sombras y
espinas, pensaron que significaba el viaje que hacían lleno de dificultades o
alguna guerra que amenazaba al nuevo Rey. Ignoraban que esto era el símbolo de
la vía dolorosa de su Pasión. Más abajo, en la escala de Jacob, vieron, y yo
también la vi, una torre artísticamente construida, muy semejante a las torres
que veo sobre el monte de los Profetas, y donde la Virgen se refugió una vez
durante una tormenta. Ya no recuerdo lo que esto significaba; pero podría ser la
huida a Egipto. Sobre la escala de Jacob había una serie de cuadros, símbolos
figurativos de la Virgen, algunos de los cuales se encuentran en las Letanías, y
además «la fuente sellada», el jardín cerrado, como asimismo unas figuras de
reyes entre los cuales uno tenía un cetro y los otros ramas de árboles.

Estos cuadros los veían en las estrellas continuamente durante las tres últimas
noches. Fue entonces que el principal envió mensajes a los otros; y viendo a
unos reyes que presentaban ofrendas al Niño recién nacido, se pusieron en camino
para no ser los últimos en rendirle homenaje. Todas las tribus de los adoradores
de astros habían visto la estrella; pero sólo estos Reyes Magos se decidieron a
seguirla.

La estrella que los guiaba no era un cometa, sino un meteoro brillante,
conducido por un ángel. Estas visiones fueron causa de que partieran con la
esperanza de hallar grandes cosas, quedando después muy sorprendidos al no
encontrar nada de lo que pensaban. Se admiraron de la recepción de Herodes y de
que todo el mundo ignorase el acontecimiento. Al llegar a Belén y al ver una
pobre gruta en lugar del palacio que habían contemplado en la estrella,
estuvieron tentados por muchas dudas; no obstante, conservaron su fe, y ya ante
el Niño Jesús, reconocieron que lo que habían visto en la estrella se estaba
realizando.

Mientras observaban las estrellas hacían ayuno, oraciones, ceremonias y toda
clase de abstinencias y purificaciones. El culto de los astros ejercía en la
gente mala toda clase de influencias perniciosas por su relación con los
espíritus malignos. En los momentos de sus visiones eran presas de convulsiones
violentas, y como consecuencia de éstas agitaciones tenían lugar los sacrificios
sangrientos de niños. Otras personas buenas, como los Reyes Magos, veían todas
estas cosas con claridad serena y con agradable emoción, y se volvían mejores y
más creyentes.

 Cuando los Reyes dejaron a Causur, he visto que se unió a ellos una caravana de
viajeros distinguidos que seguía el mismo derrotero. El 3 y el 4 del mes vi que
atravesaban una llanura extensa, y el 5 se detuvieron cerca de un pozo de agua.
Allí dieron de beber a sus bestias, sin descargarlas, y prepararon algunos
alimentos. Canto con estos Reyes. Ellos lo hacen agradablemente, con palabras
como éstas: «Queremos pasar las montañas y arrodillarnos ante el nuevo Rey».
Improvisan y cantan versos alternativamente. Uno de ellos empieza y los otros
repiten; luego otro dice una nueva estrofa, y así prosiguen, mientras cabalgan,
cantando sus melodías dulces y conmovedoras.

En el centro de la estrella o, mejor, dentro del globo luminoso, que les
indicaba el camino, vi aparecer un Niño con la cruz. Cuando los Reyes vieron la
aparición de la Virgen en las estrellas, el globo luminoso se puso encima de
esta imagen, poniéndose prontamente en movimiento.

LVII
La Virgen Santísima presiente la llegada de los Reyes

María había tenido una visión de la próxima llegada de los Reyes, cuando éstos
se detuvieron con el rey de Causur, y vio también que este rey quería levantar
un altar para honrar al Niño. Comunicólo a José y a Isabel, diciéndoles que
sería preciso vaciar cuanto se pudiera la gruta del Pesebre y preparar la
recepción de los Reyes. María se retiró ayer de la gruta por causa de unos
visitantes curiosos, que acudieron muchos más en estos últimos días.

Hoy Isabel se volvió a Juta en compañía de un criado. En estos dos últimos días
hubo más tranquilidad en la gruta del Pesebre y la Sagrada Familia permaneció
sola la mayor parte del tiempo. Una criada de María, mujer de unos treinta años,
grave y humilde, era la única persona que los acompañaba. Esta mujer, viuda, sin
hijos, era parienta de Ana, quien le había dado asilo en su casa. Había sufrido
mucho con su esposo, hombre duro, porque siendo ella piadosa y buena, iba a
menudo a ver a los esenios con la esperanza del Salvador de Israel. El hombre se
irritaba por esto, como hacen los hombres perversos de nuestros días, a quienes
les parece que sus mujeres van demasiado a la iglesia. Después de haber
abandonado a su mujer, murió al poco tiempo.

Aquellos vagabundos que, mendigando, habían proferido injurias y maldiciones
cerca de la gruta de Belén, e iban a Jerusalén para la fiesta de la Dedicación
del Templo, instituida por los Macabeos, no volvieron por estos contornos. José
celebró el sábado bajo la lámpara del Pesebre con María y la criada. Esta noche
empezó la fiesta de la Dedicación del Templo y reina gran tranquilidad. Los
visitantes, bastante numerosos, son gentes que van a la fiesta. Ana envía a
menudo mensajeros para traer presentes e inquirir noticias.

Como las madres judías no amamantan mucho tiempo a sus criaturas, sino que les
dan otros alimentos, así el Niño Jesús tomaba también, después de los primeros
días, una papilla hecha con la médula de una especie de caña. Es un alimento
dulce, liviano y nutritivo. José enciende su lámpara por la noche y por la
mañana para celebrar la fiesta de la Dedicación. Desde que ha empezado la fiesta
en Jerusalén, aquí están muy tranquilos. Llegó hoy un criado mandado por Santa
Ana trayendo, además de varios objetos, todo lo necesario para trabajar en un
ceñidor y un cesto lleno de hermosas frutas cubiertas de rosas. Las flores
puestas sobre las frutas conservaban toda su frescura. El cesto era alto y fino,
y las rosas no eran del mismo color que las nuestras, sino de un tinte pálido y
color de carne, entre otras amarillas y blancas y algunos capullos. Me pareció
que le agradó a María este cesto y lo colocó a su lado.

Mientras tanto yo veía varias veces a los Reyes en su viaje. Iban por un camino
montañoso, franqueando aquellas montañas donde había piedras parecidas a
fragmentos de cerámica. Me agradaría tener algunas de ellas, pues son bonitas y
pulidas. Hay algunas montañas con piedras transparentes, semejantes a huevos de
pájaros, y mucha arena blancuzca. Más tarde vi a los Reyes en la comarca donde
se establecieron posteriormente y donde Jesús los visitó en el tercer año de su
predicación. Me pareció que José, deseando permanecer en Belén, pensaba habitar
allí después de la Purificación de María y que había tomado ya informes al
respecto.

Hace tres días vinieron algunas personas pudientes de Belén a la gruta. Ahora
aceptarían de muy buena gana a la Sagrada Familia en sus casas; pero María se
ocultó en la gruta lateral y José rehusó modestamente sus ofrecimientos. Santa
Ana está por visitar a María. La he visto muy preocupada en estos últimos días
revisando sus rebaños y haciendo la separación de la parte de los pobres y la
del Templo. De la misma manera la Sagrada Familia reparte todo lo que recibe en
regalos.

La festividad de la  Dedicación seguía aún por la mañana y por la noche, y deben
de haber agregado otra fiesta el día 13, pues pude ver que en Jerusalén hacían
cambios en las ceremonias. Vi también a un sacerdote junto a José, con un rollo,
orando al lado de una mesa pequeña cubierta con una carpeta roja y blanca. Me
pareció que el sacerdote venía a ver si José celebraba la fiesta o para anunciar
otra festividad.

En estos últimos días la gruta estuvo muy tranquila porque no tenía visitantes.
La fiesta de la Dedicación terminó con el sábado, y José dejó de encender las
lámparas. El domingo 16 y el lunes 17 muchos de los alrededores acudieron a la
gruta del Pesebre, y aquellos mendigos descarados se mostraron en la entrada.
Todos volvían de las fiestas de la Dedicación. El 17 llegaron dos mensajeros de
parte de Ana, con alimentos y diversos objetos, y María, que es más generosa que
yo, pronto distribuyó todo lo que tenía. Vi a José haciendo diversos arreglos en
la gruta del pesebre, en las grutas laterales y en la tumba de Maraha. Según la
visión que había tenido María, esperaban próximamente a Ana y a los Reyes Magos.