La educación, la hija de Luis y la hombría de bien. D. Leopoldo Abadía, la inteligencia que no ceja.

DECENCIA: Dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de las personas.

Esta es una de las acepciones que tiene la palabra «decencia» según la R.A.E.

La lectura de el artículo que os transcribo a continuación de D. Leopoldo Abadía en EL CONFIDENCIAL  junto con otro de Garrigues Walker en ABC ( http://www.abc.es/20100312/opinion-tercera/europa-desde-america-20100312.html ), ha supuesto para mi un revulsivo esta mañana. La conclusión a la que he llegado es que estamos necesitados, tanto en España como en Europa, (como veréis América es otra cosa) de una revolución pacífica, liderada y promovida por personas íntegras y cultas, que nos lleve de vuelta a ser una sociedad de VALORES, en la que las grandes motivaciones del ser humano vuelvan a ser protagonistas, SACRIFICIO, ENTREGA, ESFUERZO, PATRIA, RESPETO, TRANSCENDENCIA, … etc. en contraposición al «pensamiento débil» y oportunista que nos está llevando a la descomposición espiritual, social y económica (todas unidas entre sí). La vía de conseguir todo esto no puede ser otra que la EDUCACIÓN, primero en las casas, después en la escuela y, por último en la calle…

LA EDUCACIÓN, LA HIJA DE LUIS Y LA HOMBRÍA DE BIEN.

Luis me presenta a su hija. Es una niña de unos 13 años, guapa, con muy buena pinta. Le da vergüenza saludarme. Su padre le dice: “¡mírale a los ojos!”.

Me parece todo un tratado de buena educación. Entiendo que “mirar a los ojos” quiere decir muchas cosas: no ocultarse, ser sincero, actuar con nobleza, sin doblez, aquello del “sea vuestro sí, sí. Sea vuestro no, no”, que se le ocurrió decir a un Apóstol al que, por cierto, le cortaron poco después la cabeza.

Y me acuerdo de la hija de Luis, porque estoy desayunando con mi vecino de San Quirico. Cuando hablo con él, nos miramos a la cara. Aunque no estemos de acuerdo. Aunque digamos eso de “al hilo de lo que estabas diciendo…” y luego, ni hilo ni nada: el que lo ha dicho no lo sigue y, a veces, si lo sigue, es para decir que no.

Esto de saber hablar, de saber escuchar, de dar la oportunidad de que hablen los otros, aun los más opuestos a nuestra manera de pensar, se ha dicho siempre que es propio de países adelantados. He oído con frecuencia que en los países latinos es de otra manera. Que aquí gritamos, discutimos, opinamos…, pero, fundamentalmente, no escuchamos. Queremos soltar nuestro rollo, si es posible sin mirar al vecino, porque lo hacemos delante de un micrófono, y así nos quedamos muy tranquilos y nuestros amiguetes nos aplauden, como si dijeran: “ole mi niño, le ha dejado planchado al otro”.

Mi amigo me dice que le parece muy bien eso de la crisis de decencia que me ha escuchado alguna vez, pero que no sabe si sirve para algo ni cómo se hace ni hasta dónde llega. Que si tiene que quedarse en San Quirico, o puede llegar al pueblo de al lado. Le digo que San Quirico ya está resuelto, porque allí todos somos muy decentes y que por eso, hay que globalizar la decencia y repetirlo muchas veces y, además, ser decentes, porque si no, la gente dice que mucho hablar, pero que, de decencia, nada.

Como se trata de concretar un poco, porque si no, diremos la lista de generalidades que leemos y oímos a diario, saldremos a la calle, él se irá a trabajar y yo a comprar los periódicos, agarramos dos manteles del bar y nos ponemos a hacer la lista de las cosas que nos parece que constituyen la decencia. O sea, lo que podríamos llamar el “test de decencia”. Si las tienes todas (TODAS), eres decente. Si no las tienes todas, no eres medio decente, porque aquí no hay término medio. En vez de decir que eres indecente, te diré que eres mejorable en cuanto a tu decencia.

Para que mi amigo no diga que no me mojo, empiezo yo y pongo eso de mirar a los ojos de la persona con la que estás hablando.

Le dejo desconcertado. Él mira siempre a los ojos y pensaba que eso era lo que todos hacían. Le digo que hay gente que cuando te habla, parece que está repasando la habitación y que tienes la sensación de que lo que dice va dirigido al cartel de toros que hay en la puerta de mi despacho o a la portada de La Vanguardia del día que nací que me regalaron mis hijos cuando cumplí 70 años.

Me pregunta que a qué edad hay que empezar con eso de la buena educación y de la decencia. Y le digo que hay que empezar cuando el chavalín empieza a hablar, porque a esa edad hay que enseñarle a dar gracias cuando le das un vaso de agua.

Y, en cuanto sea un poco mayorcillo, hay que explicarle el significado de cada taco que suelte, con el fin de que sepa que puede meterse con la madre de cualquiera, pero que si le rompen la cara no venga llorando a casa.

(Cuando mis hijos eran pequeños, tenían la lengua un poco larga y soltaban palabros con gran frecuencia. Se me ocurrió reunirles -eran cuatro críos de 5 a 9 años- y les pedí que escribieran una lista de todos los tacos que supieran. Salieron 42, algunos que harían enrojecer a un sargento de Caballería, de cuando existían los sargentos de Caballería. Les expliqué detalladamente el significado de cada taco y, milagrosamente, el número de palabras malsonantes bajó en picado.)

Tenemos que enseñar a nuestros hijos que hay que ser nobles y leales. Que tienen que ser personas de fiar. Que no es verdad que una cosa mala se convierta en buena porque la hagan muchos. Quizá lo he dicho ya alguna vez, pero es fundamental saber que una cosa anormal hecha por mucha gente no se convierte nunca en normal, sino en anormal frecuente.

Tienen que aprender que hay cosas que están bien y cosas que están mal. Que no es verdad que todo es opinable, porque hay algunas cosas –no muchas-, que no son opinables.

Mi amigo va tomando nota a toda velocidad en el mantel del bar. Hoy se ha dejado la libreta en casa, porque pensaba que el desayuno iba a ser de jiji jajá. Y ha descubierto que hay temas, como el de la educación, que de jiji nada, y de jajá, menos. Que nos estamos jugando el futuro de España y estamos yendo, una vez más, en la dirección contraria.

Que estamos fabricando niños blandengues, egoístas, mentirosetes, que no sirven para nada. Y así, no se va a ninguna parte. Mejor dicho, sí se va. Mejor dicho: nos llevan ellos. (Esos “ellos” deben ser esos a los que la gente llama “estos”).

Y luego, nos quejamos de lo malos que son ellos. Y supongo que ellos, que no sé si son malos, pero que tontos no son, piensan: “seguiremos deformándoles, para que no tengan criterio sobre nada. Y así, nosotros seguiremos con lo nuestro, que mal, mal, no nos está yendo”.

Mi amigo dice que sí, que lo de la educación le preocupa. Pero añade que la educación empieza en casa. Y, para que quede claro, me dice que “si un padre y una madre son un par de cenutrios -palabra que le encanta repetir- ¿cómo van a ser sus hijos? ¡Cenutrios! ¡Aunque los manden a Harvard! ¡Serán cenutrios en inglés, que no sé cómo se dice!”

Mi amigo dice que hay que replantearse muchas cosas. Que se ha leído la teoría del safety car que he propuesto en mi último libro, y que todos necesitamos de vez en cuando un safety car, que nos ponga en orden internamente cuando patinamos de mala manera, o cuando hayamos decidido jugar al todo vale, sabiendo que si todo vale, vale todo, con la condición de que el día que nos pase algo no nos quejemos, porque jugábamos a eso. (Esta última frase es mía, pero mi amigo la dice con tanta soltura que estoy seguro que piensa que se le ha ocurrido a él.)

O sea, que hay que educar a los padres. Pues ¡menuda revolución civil vamos a montar! Pero, como dicen en mi tierra, “no hay otra”. Ya podemos hacer Planes de Educación, ya podemos poner máquinas de preservativos en los colegios, ya podemos regalar suscripciones de periódicos a los chicos, que si en casa no les educamos, los chavales saldrán de los Colegios con una deformación grave, pensando que su objetivo en la vida es ser animalitos sanos, que cuando les falle el preservativo ya abortarán (total, ya lo hacen muchas) y que papá Estado, mamá Autonomía y la abuelita Ayuntamiento ya les arreglarán las cosas cuando sean mayores. Y si no se las arreglan, se amenaza con una huelga general y ya está.

  

P.S.

1. Cuando digo lo de “mi último libro”, me refiero al segundo, porque, en confianza, en toda mi vida no he escrito más que dos.

2. Lo de que “mal, mal, no nos está yendo”, será desde el punto de vista económico. Porque desde el punto de vista de hombría de bien, les ha ido MUY MAL.

3. En la “hombría de bien” incluyo, por supuesto, a las mujeres, que también tienen el derecho -y el deber- de tener “hombría de bien”. Porque, o somos iguales, o no somos iguales.

4. Aprovecho el tema para presumir de pertenecer al Patronato de Honor  de la Fundación Nins (www.nins.org) con la que, en esencia, queremos hacer que los niños de hoy no sean los blandengues del mañana.

Anuncio publicitario

VIAJES, PATRIOTISMO Y MANIFESTACIONES. Desde San Quirico.

Relajáos que está tó controlao...

El amigo Abadía como siempre dando en la diana con sus diagnósticos. El clamor de indignación hacia el sistema imperante actual (gobierno, macroeconomía, inmoralidad, ladronicio…) empieza a ser atronador, pero todos seguimos como paralizados, hechizados viendo como se desmorona todo sin mover un dedo*, fascinados por el espectáculo apocalíptico que se nos viene encima, ya es hora de que reaccionemos, echándo a correr hacia las trincheras o simplemente echándo a correr hacia donde sea, para que cuando se termine de hundir el edificio no nos aplaste debajo.

Os sigo recomendando esta sana costumbre de leer las ocurrencias que Don Leopoldo nos expone tan llanamente.

* (Bueno, algunos hacemos un blog)

VIAJES, PATRIOTISMO Y MANIFESTACIONES. Desde San Quirico.

Como dicen en mi tierra, “si se les cae la casa, no les pilla debajo”. ¿Os habéis dado cuenta de que nunca están en el despacho? ¿Habéis visto que siempre que tienen que decir algo, se van de viaje? Este fin de semana, que es cuando podía quedarse en casa ordenando papeles, nuestro Presidente se ha ido a Málaga, que, después de Chipre, Etiopía y Estados Unidos, le debe parecer que está a la vuelta de la esquina. Ha hablado de crisis y patriotismo, términos que para D. José Luis son como hermanos, porque siempre van juntos. Hace poco, el que hablaba de la crisis era antipatriota. Ahora, es antipatriota el que no colabora con él, porque sí que hay crisis. Y la crisis debe ser gorda, porque le dice a D. Mariano Rajoy, que no es muy amigo suyo, que le eche una mano, que se lo pide y que quiere“asumir juntos esa tarea”. Unos días antes, D. José Luis se fue a Londres, a meterse con los mercados internacionales, justo después de que el pobre José Manuel Campa les explicase a esos mismos mercados lo guapos que somos y lo sanos que estamos. Y, como el señor Rodríguez entiende de todo, ha dicho -en algún sitio, no en su despacho de Madrid- que es “sencillamente inmoral” dudar de la solidez de España y la solvencia de sus cuentas públicas. Ahora sí que me ha puesto en un dilema. Porque fíjese, D. José Luis, YO DUDO. Dudo de que sepa usted el agujero en que nos está metiendo. Dudo de que sea usted capaz de sacarnos de él. Dudo de que el saneamiento de nuestras finanzas que demanda la Comisión Europea, que no sé por qué lo demanda con lo saneadas que están, se haga “bien, a tiempo y garantizando que el gasto social no se va a recortar”. Leí ayer que el PP iba a marcar severamente a la señora Salgado y a los señores Blanco y Sebastián.

Y me quedé perplejo, porque, en teoría, estos señores forman la comisión negociadora nombrada por el Gobierno y -sigo con la teoría- no se trata de marcarles, sino de negociar con ellos. Quizá es que, con sus viajes y sus distracciones, el señor Rodríguez ya no manda y los que mandan son estos tres y al señor Rodríguez lo utilizan para mítines como el de Málaga por aquello de que sabe ganar elecciones. ¡Qué lío, Señor! Y, para colmo, va D. Celestino Corbacho y dice que la crisis ha llegado al barrio y a las escaleras y que por eso, es la hora de las ONGs. Y luego, llegan las manifestaciones. Según leí, estaban convocadas por los sindicatos para protestar contra el Gobierno. Pero veo una foto en la que están los señores Corbacho, Alonso, Méndez y Fernández Toxo y las señoras Calvo y Aído. Me dicen que la foto, que La Vanguardia titula “En familia”, no tiene nada que ver con la manifestación, y que es una foto de una reunión para los Pactos de Toledo. Pero mi vecino de San Quirico, que, a veces, es un poco malpensado, me dice que parece como si estuvieran preparando la manifestación y diciendo eso de “tú pones cara de enfadado y yo de preocupado”, “tú dices que la manifestación ha sido un éxito y yo digo que según como se mire”. Y, como consecuencia, cuando en un programa de televisión me preguntan qué opino de estas manifestaciones, contesto que me parece que es hacer el paripé.

P. S. 1. Cuando en un párrafo he utilizado repetidas veces la palabra “dudo”, ha sido por educación. Quería decir “estoy seguro de que no”.

2. No sé qué pintaba la señora Aído en la reunión preparatoria de la manifestación. Quizá quería comprobar que la mitad de los que van son hombres y la otra mitad, mujeres. ¡Lo que hay que hacer para poder llevar el cocido a casa!

HAY QUE VOLVER A LA CENSURA… Leopoldo Abadía

Si algunos cerraran la boca...

 

Me ha dado un ataque de sensatez. Y no sé si ha sido por contagio o por reacción violenta.

 Puede haber sido por contagio, porque veo y oigo a muchos sensatos por la calle. También puede haber sido por reacción violenta, porque veo y oigo a muchos insensatos por la calle. He leído cosas esta semana que me han hecho palidecer. Cosas como, por ejemplo:

 – Que es mejor pagar 59.000 euros diarios a Francia que poner un cementerio nuclear en San Quirico.

 – Que si no se rotula tu tienda en catalán te pueden poner hasta 10.000 euros de multa.

 – Que D. José Luis va a hablar en Davos sobre dos temas que domina bien:

 “Repensando la Eurozona” 

“El rediseño de la gobernanza mundial”

 (Por cierto, mi abuelo Leopoldo, que hablaba bastante claro, aunque a veces se le escapaban expresiones políticamente muy incorrectas, al oír esto del repensar y el rediseñar hubiera dicho algún palabro un poco grosero, sobre todo al darse cuenta de quién era el especialista español en los citados rediseños y repensamientos. Al llegar a lo de la gobernanza, alguien de la familia le hubiera dicho que se callase durante unos días sus opiniones.)

 Sigo:

 – Que D. Gerardo se queja de que D. Miguel ha ido contando por ahí que D. Gerardo lo está pasando un poco mal y que debe muchos euros a la Caja que hasta ahora presidía D. Miguel.

 – Que un personaje quiere despolitizar las Cajas, a los pocos días del espectáculo que han dado Dª Esperanza y otros.

 Y como consecuencia de estas tonterías y de muchísimas otras más, incluidas las cosas que dicen algunos gobernantes nuestros cuando el FMI advierte de que no vamos bien, o las cosas que dice la Sra. Pajín para explicar por qué unas entidades financieras (despolitizadas, por cierto), le perdonaron al PSOE unos cuantos euros de nada, el pobre José Manuel Campa, a quien no conozco, pero que como es profesor del IESE me cae muy bien, tiene que darse una vuelta por ahí, diciendo que no se preocupen, que todo va fenomenal, que no pasa nada, que la Sra. Salgado lo ha dejado claro, etc.

Dicen que eso se llama non deal road show. Sin el non deal, el road show es eso que se suele hacer para conseguir que la gente ponga dinero en tu empresa, o en tu nación. Añadiendo lo del non deal, parece que el tema se reduce a una gira de propaganda, explicando lo majos que somos y que todo el mundo esté tranquilo, porque ya nos hemos dado cuenta de que “crece la desconfianza y hay que empezar a hacer los deberes”.

Sí, sí, habéis leído bien. Vamos a empezar a hacer los deberes. A D. José Luis le ha pasado lo mismo que a D. Barack, que, “menos ambicioso, se centrará en 2010 en crear empleo” (a los dos les ha costado un poco bajar de lo planetario a lo menos planetario).

Lo que pasa en nuestro caso, que es el que me importa, es que, o hacemos los deberes pronto o no sé qué va a explicar D. José Lis el día que tenga que hablar sobre la gobernanza.

Lo peor de todo es que a todas esas cosas les llaman optimismo. Y,  peor todavía, es que los optimistas de verdad se callan y aguantan que les prostituyan el  nombre (con perdón por lo de la prostitución).

Ha de volver la censura. Ya sé que, dicho así, suena mal, pero ha de volver. Deberíamos crear una comisión de 6 personas sensatas. Ya he pensado  quiénes pueden ser: tres de San Quirico y tres del pueblo de al lado. A mi amigo de San Quirico le voy a  dejar descansar, porque lo necesito para otras cosas, más importantes todavía. Tengo a los 6 in pectore, o sea, no se lo he dicho todavía, por prudencia, pero se lo diré pronto.

Su labor será repasar a diario las noticias que van a poner los periódicos y eliminar las insensateces. Ya sé que esto hará que se reduzca drásticamente el número de páginas de la prensa escrita y que desaparezcan muchos programas de radio y de televisión, pero es que lo otro está siendo inaguantable para los mayores, y deformador para nuestros hijos y para nuestros nietos, que están creciendo en un ambiente en el que cualquier cantamañanas puede decir una cantamañanada, con tal de que ponga cara seria, mire a la lejanía y contemple cómo el viento se hace con la propiedad de la tierra.

O al revés. No me acuerdo bien.

P.S. He escrito este artículo el día 28. Al acabar, veo en Expansión que las intervenciones de D. José Luis en Davos han sido hoy. Lo siento. He llegado tarde. Lo de publicar los viernes tiene ese problema

LA PROFECÍA. Leopoldo Abadía

Me llaman de una radio de Valencia. Los muy traidores me ponen un corte de una profecía que hice hace un año, en la que, por casualidad, acerté, y me dicen que profetice lo que va a suceder en 2010.

 Yo, hace muy poco, era un señor normal. Luego, me convertí en famosete, luego en gurú y después, en profeta. Pocos españoles tendrán un curriculum semejante.

 Y como los de la radio de Valencia me caen muy bien, me lanzo a profetizar, con una imprudencia digna de mejor causa.

Empiezo hablando de la crisis. Me parece que ya os he contado alguna vez que, en una conferencia, me preguntaron si ésta era una crisis en V. Yo no sabía lo que era una crisis en V. Menos mal que el que me hacía la pregunta me dijo que la V significaba hundimiento y recuperación.

Sigo hablando de que la crisis no es en V, sino en L (hundimiento, tramo largo largo horizontal, recuperación en plano inclinado.) Esta forma de crisis la inventé yo, en un programa de televisión, sin saber que ya estaba inventada hace muchos años. Cosas de la ignorancia.

Hablo del tramo largo en el que nos encontramos y en el que creo que nos encontraremos durante un período muy largo. Me piden fechas. Los profetas no daban fechas. Decían que pasarían unas cosas en el futuro, y ahí se quedaban. Para ellos, cien años más, cien años menos, no tenían ninguna importancia.

Digo que antes decía que me llamasen el 1 de enero de 2010. Ahora digo que me llamen el 30 de junio, pero estoy a punto de cambiar al 31 de Diciembre de 2010, porque creo que esto no arrancará antes.

Me preguntan si hemos tocado fondo. Digo que creo que no, porque el número de parados sigue siendo muy serio. Quiero esperar al 24 de Enero y al 24 de Abril, para ver qué cifras me da el Instituto Nacional de Estadística, en la Encuesta de Población Activa, que es la que a mí me gusta.

Me preguntan si las entidades financieras se portarán mejor. Y contesto que Dios lo quiera, pero que no lo sé.

Me hablan de Estados Unidos, que dicen que ha salido de la recesión. Contesto que mientras no salgan del paro, no me lo creo.

Y, al cabo de dos días, dice Obama que lo que le preocupa es el paro. ¡Esto de ser profeta es sencillísimo!

Obama propone una serie de medidas y oigo en algún medio de comunicación que también le va a poner el adjetivo “sostenible” a lo que él propone. Tenemos un Presidente de Gobierno que no nos lo merecemos. ¡Hasta Obama le copia! Este hombre de la Moncloa es un crack.

Me dicen que a ver si Francia y Alemania empiezan a funcionar, que así nos arrastrarán, hacia delante, claro. Pues que nos arrastren. Lo que pasa es que Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, dice que, entonces, subirán los intereses, y con lo que debemos y con lo entusiasmados que estamos con lo que debemos, igual seguiremos endeudándonos. Anteayer decía Expansión que las Comunidades Autónomas, en el año 2010 van a emitir deuda, o sea, a pedir dinero por ahí, por una cantidad ridícula, 32.000 millones de euros (los mayores, no intentéis traducirlo a pesetas, porque os puede dar algo). Supongo que alguna vez habrá que devolver esta cantidad -y otras- y que -sigo suponiendo- hasta nos cobrarán intereses por ella. Y como esos intereses suban, igual a estos chicos les da por seguir subiendo los impuestos, por aquello de intentar igualar lo que sale con lo que entra.

Me dicen que qué opino del cambio climático. Yo, ahora, tengo frío (estamos en Diciembre). El otro día, en Buenos Aires, notaba que iba llegando el verano (allí es el equivalente a Junio). Van a estar hablando en Copenhague durante 15 días de este tema. Supongo que allí irá nuestro Presidente y alguien más, como la Vicepresidenta de la Vega, que cada vez me cae mejor por la cantidad de cosas que hace. Me dijeron que había adelgazado últimamente. No me extraña. Pobre señora. Por eso se viste un poco llamativa; para disimular los malos ratos que le hacen pasar unos y otros.

Digo que me preocupa que lo del cambio climático le vuelva a distraer a nuestro Presidente. Es como cuando pienso en uno de mis nietos que es muy listo – como lo son todos mis nietos -(¡qué voy a decir yo!), pero que tiene un problema de fijación. Es eso que nos pasa a muchos. Que vas a hacer una cosa y, por el camino, recoges un papel y lo tiras a la papelera del despacho. Allí encuentras la agenda, que no sabías dónde estaba. La miras y te das cuenta de que hoy es el santo de un amigo. Le llamas y os reís un rato. Sales y te tropiezas con el periódico que acaba de llegar. Le echas una ojeada rápida. Y en ese momento, dices: “Yo, ¿qué tenía que hacer?”

 

Me da miedo que esto es lo que le pasa a nuestro Presidente. Que debe ser listo, que debe ser simpático, que, en público, no habla bien -si digo lo contrario, mentiría-, que para decir obviedades pone una cara muy seria…

Cosas normales. Pero tiene tendencia a la distracción. Se emboba con la primera mariposa que pasa por los jardines de su casa.

Imaginaos qué pasaría si mañana, o pasado, o el lunes, pidiera ir a televisión y soltase un discurso con el siguiente contenido: “Españoles, me voy a dedicar durante este año 2010 a resolver el problema del paro. Y si no lo resuelvo, me echáis. Como dice mi amigo Obama, ´la creación de empleo, a fin de cuentas, depende de los que de verdad crean empleo: las empresas de toda América´. Pues yo digo lo mismo, pero donde él dice América, yo digo España”.

 

Y podemos seguir imaginando. “Y, como consecuencia, ni Presidencia europea ni cambio climático ni aborto ni gaitas. Me quedo en casa y me pongo a hablar con todos los empresarios que quieran venir a verme y les digo que les voy a bajar los impuestos (total, por un poco más de desequilibrio en el Presupuesto  no pasa nada) y que vamos a hacer la reforma laboral -la que sea, pero pronto, por favor- y que vamos a prestigiar a los empresarios y que vamos a repasar y a corregir lo que digan sobre el empresario los libros que estudian los niños porque no es verdad y que vamos a animar a los chavales a que monten negocios y que voy a pegar bronca a algún Presidente autonómico porque he leído que en su Comunidad muchos chavales quieren ser funcionarios.

Y que, además, voy a hablar con los Sindicatos para que se enteren y ayuden  y dejen de hacer tontadas”.

 

Al llegar aquí, se me acaba la inspiración profética, porque me canso. Y comprendo a un profesor del IESE que, hace muchos años, vino a mi despacho, se apoyó en la puerta y me dijo: “¡Qué duro es investigar!” Y pienso que más duro es profetizar.

 

Y ya no sé dónde se acaba el espíritu de profecía y donde empieza el que se me vaya la olla.

Por si faltaba algo, se me ocurre coger la Biblia y, por casualidad, abro por el profeta Amós, que, cuando notó que empezaba  a profetizar, se resistió y dijo: “yo no soy profeta ni hijo de profeta; soy boyero y hábil en preparar los higos de sicómoro”.

 

Al pobre Amós le pasaba lo mismo que a mí. El sabía más que yo en cuanto a manejar bueyes o preparar higos, pero yo lo tengo más fácil, porque profetizar ahora, con todos estos señores que nos rodean -no he dicho que nos gobiernan- dando vueltas por el mundo, está tirao.

Entrevista a DANIEL ESTULIN.

Daniel Estulin

Para los no iniciados Daniel Estulin es un investigador-escritor que se ha propuesto desvelar las decisiones ocultas que  los superpoderosos secretos decretan para gobernar el mundo. Sobre todo se dedica a investigar al Club Bildelberg, ha escrito varios libros sobre el tema y esta es su última entrevista. Aunque solo sea verdad un 10% de lo que cuenta, es para abrocharse bien los cinturones que vienen curvas. Un saludo.

Desde Rusia hasta su retiro en algún lugar de Cádiz. En sus libros (2,5 millones vendidos), el planeta es un cortijo para poderosos que están por encima del orden mundial conocido.    

10 Agosto 09 – Paco REYERO – LA RAZÓN

 

«Ahora mismo me estoy tocandou los huevos de verdá, tío, porque en unass semanass saldrá mi próximo ‘librou’, una mezcla de ficción y ‘realidá’, al estilo de John Le Carré. La editorial me advirtió de la magnitud del mater(r)ial y me llevó hasta la novela;  ahí se dicen cosas muy fue(r)tes, como en el resto de mis libros: datos reales que no es bueno que pasen por ensayo por las rep(r)esalias a las que nos exponemos.  He sido perseguido y «estos tíos» me han querido matar pero está por encima de mí como individuo, denunciar que hay grupos de poder absoluto que actúan en la sombra, manejando el planeta. Podría haberme estado quieto pero, al final, piensas que entre hacer tu deber y estar rico hay poca diferencia. En vez de un utilitario puedes tener una escudería; una mansión en vez  de  una casa y un ‘ha-rem’ en vez de una sola mujer. En todo eso no hay nada realmente importante. Sé que es difícil de creer que Zapatero, Obama y su puta madre no pintan nada y que hay una complot de los verdaderos amos del mundo para disminuir la población mundial, pero es que realmente es así. Somos seis mil millones de personas y el próximo escalón se situará en torno a los diez mil millones. Con la energía atómica se podría sostener esta población mundial, pero ellos no lo quieren permitir. ¿Quién morirá? Obviamente tú y yo moriremos; Rockefeller, no. Ellos quieren que haya entre dos y tres mil millones de personas. No más. Este objetivo estaba contemplado ya  en papeles desclasificados de Estados Unidos, durante el gobierno de Nixon.  Y la crisis mundial que se aproxima para los siguientes cuatro o cinco meses va a ser devastadora. Lo veremos a partir de octubre. Todo está quebrado, los grandes bancos financieros de Estados Unidos,  que aún no han sido enter(r)adosss, son auténticoss mue(r)tos vivientes a la espera de la tumba. No me gusta dar consejos, pero el dinero de papel no valdrá nada, menos que un rollo de papel del váter, tío, y sé lo que digo. El único valor refugio, como siempre lo ha sido, es comprar lingotes de oro puro. A lo largo de la Historia, vemos que siempre ha sido así. Los poderosos tienen poca liquidez, la justa. Son ricos en oro.  Y la gripe que nos amenaza también está pensada en este sentido. Hace tiempo que se encontraron documentos de Zurich en los que ya se advertía de la propagación de este virus, estábamos en el año 96. De eso hace ya casi trece años. Te toman por loco y luego todo encaja. Me empecé a interesar por estos temas al coincidir casualmente con un compañero de mi abuelo, que era coronel de l KGB. Este hombre me advirtió que en el año 95, Quebec que(r)ría independizarse de Canadá. Pensé que estaba flipado, un loco más. A los tres años sucedió, tal y como él lo predijo. Luego vino El Club Bilderberg, al que llevo estudiando más de quince años. Hice el trayecto hasta Canadá, donde se celebraba una de las reuniones, y me detuvieron cincuenta veces por lo menos. ¿Cómo no vamos a pensar que estamos totalmente controlados? Trato de aclarar que hay reinas que se dedican al tráfico de heroína, que el precio del petróleo está pactado entre los poderosos, que las películas de Hollywood se utilizan muchas veces como sucedáneos de la realidad: cuando la gente las ve, dice, esto  no puede ser verdad y, sin embargo, la realidad es mucho más delirante. Digo verdades como puños, como catedrales, que parecen películas americanas. Mi representante, Germán Torrado, ha firmado con HALCYON, una productora independiente que este año ha facturado Terminator Salvation, los derechos de mis libros para llevarlos al cine. A mí no me preocupa especialmente el dinero y hasta ahora todo lo que he dicho y escrito nadie me lo ha podido desmentir. No estoy en esto para hacerme rico. Nací en Rusia, vivo en algún lugar de Cádiz, a donde llegué después de que un traficante colombiano de diamantes me pusiese una «cinta-caset» del «Entre dos aguas» de Paco de Lucía. Escuché el flamenco y me prendí. Primero estuve en Morón de la Frontera y luego aquí, con mis hijos, mi mujer, mi vida silvestre…»

DE EJECUTIVO DEL IBEX A JESUITA…

EL ESPÍRITU SANTO SIGUE ACTUANDO EN NUESTROS DÍAS.

He leído en El Confidencial.com un curioso testimonio. Quizá alguno de vosotros que lea esto también se sentirá llamado a cambiar de vida.

EJECUTIVO AGRESIVO

«AYER CAMBIÉ EL TRAJE DE EJECUTIVO DEL IBEX POR EL HÁBITO DE JESUITA»

No ha sido fácil. He dudado a la hora de aceptar el ofrecimiento brindado por McCoy para dirigirme a los lectores de El Confidencial por el pudor que me produce hablar de mí mismo ante desconocidos. Parecíame que es inevitable hacerlo sin buscar, consciente o inconscientemente, el aplauso de los demás y esto es muy poco evangélico. Tras consultarlo, voy a intentar vencer estos escrúpulos con la máxima sencillez de la que sea capaz.

Unos breves datos biográficos para explicar quién soy. Me llamo Alberto Núñez y he sido (hasta ayer 31 de julio) el Director de Estrategia de Gas Natural, cargo que desempeño desde que hace más de cuatro años me incorporara a la compañía. Anteriormente, he trabajado como analista bursátil, primero en Société Générale y luego en BBVA, donde mi último puesto fue de responsable de análisis del sector energético español y paneuropeo. En total, 15 años de trabajo en el mundo empresarial y financiero, en su gran mayoría en el sector energético y en dos de las principales empresas españolas de las que ha sido un orgullo formar parte.

La decisión de abandonar el mundo profesional y empezar una vida religiosa tras todos estos años es, para mí, la suma de diversos factores que se van entrelazando hasta confluir en una misma dirección. Estos factores son de índole profesional, personal y familiar. Soy consciente de que todos nos hemos planteado en algún momento decisiones de cambio de vida. Al final estamos hechos de carne y espíritu (y el espíritu gime cuando la carne domina).

En mi caso, siempre he perseguido con ahínco realizar un buen trabajo, pero comprobaba que las más de las veces sus frutos son amargos: el predominio del corto plazo, el tener que cerrar muchas veces los ojos y el corazón ante las realidades de la vida y el no tener tiempo para nada ni para nadie distinto del trabajo. Partido entre fuerzas de distinto signo, hace unos pocos años me plantee que sólo tenía sentido trabajar en un proyecto en el que al final del camino profesional o vital uno pudiera pensar que la vida -la única que tenemos- ha merecido la pena. En paralelo, mi creencia en la existencia de un Dios que se realiza en el Amor ha ido creciendo poco a poco hasta convertirse en una certeza experimentada. Sí, todos tenemos dudas.

San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesus.

San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesus.

A todos nos atrae lo material. Pero cuando comprendemos que la ternura, la compasión son lo más auténticamente humano (más que la razón), entonces cambia nuestra vida. La muerte de mi hermano hace cinco años a causa de un cáncer ciertamente significó un antes y un después. A partir de entonces, empecé a buscar enriquecer mi actividad profesional con otras. Primero inicié un voluntariado una tarde a la semana en un centro psiquiátrico de San Juan de Dios. Luego, me matriculé en estudios nocturnos de teología en la U.P. Comillas. Finalmente, hace dos años, la Compañía de Jesús me ofreció mudarme al Pozo del Tío Raimundo donde, además de colaborar y vivir con jóvenes, empecé un proceso de discernimiento.

Y, por último, mi madre. A pesar de todo lo anterior no habría tomado esta decisión si ella no lo apoyase entusiastamente. Sin más hijos vivos que yo y sin marido, mi partida significa un sacrificio muy importante para ella, especialmente porque tiene una salud frágil. Un sacrificio que da sentido a su vida y que, por eso, acaba convirtiéndose en ganancia. En fin, no puedo explicar lo que ha pasado estos últimos meses y cómo todas las piezas del puzzle han ido encajando si no es desde el convencimiento de la existencia de que hay algo más de lo que captan nuestros sentidos exteriores. Con mucho respeto a quien lea estas líneas: está ahí, basta que empecemos a buscarlo; perdamos el miedo.

CUANDO TODO SE DERRUMBA…

cuando todo se derrumba

¿Crees que has tocado fondo?, ¿no ves salida por ningún sitio?… He encontrado esto, quizá pueda ayudarte.

 

ELOY RENOBALES

Tengo la inmensa suerte de contar con unos pocos y grandes amigos. Grandes no sólo porque considero su amistad como un inmenso tesoro sino también porque su trayectoria vital y sus actos así lo atestiguan. Uno de ellos, al cual conozco hace más de veinte años, vive lejos de España y nuestro contacto es muy esporádico. Sin embargo, siempre le he sentido muy cercano.

 

La pasada semana, mientras estaba pasando unos momentos difíciles, coincidí con él. Volvía a su país después de un largo trayecto por distintas partes del mundo y su última escala era Madrid. Su periplo comenzó poco después de la muerte de su hijo. Se debía este viaje a sí mismo y lo ha utilizado para ‘tomar aire’, para poder afrontar el necesario luto.

 

Anteriormente mi amigo ya había sufrido la pérdida de otro hijo, el menor de los dos, que había nacido con la misma letal enfermedad. Soy padre y no concibo una desgracia más grande. Pero ver a mi amigo, pasar el día con él, contagiarme de su ánimo, ha inyectado en mí unas inmensas ganas de vivir, de fluir con la vida, de tomar el momento, de permanecer en el presente más allá de preocuparme por hacer planes de futuro o quedarme clavado con cuitas del pasado.

 

He encabezado hoy este blog con el título de un hermoso libro de Pema Chodron. Se subtitula Palabras sabias para momentos difíciles. A todo aquel que los esté pasando se lo recomiendo. Dice esta norteamericana: “La oportunidad más preciosa para abrirnos o cerrarnos a la vida se nos presenta cuando llegamos a ese lugar donde pensamos que no podemos con lo que está pasando, que es demasiado, que las cosas han ido demasiado lejos”.

 

La mayoría de nosotros lucha desesperadamente por negar la evidencia, la realidad, cuando ésta es trágica. Estamos entrenados para evitar el dolor y obstaculizamos la posibilidad de conectar con la fuerza que todos, todos, tenemos en nuestro interior. Escribe Chodron: ‘Vivir es estar dispuesto a morir una y otra vez…..El miedo a la muerte, en realidad es el miedo a la vida’.

 

Desde que mi amigo y su mujer conocieron la gravedad de la enfermedad de sus hijos y lo inevitable del desenlace, toda su vida se centró en que ellos vieran el inmenso amor que les rodeaba y que gozaran de su paso por este mundo mientras se encontrasen aquí. No se encerraron en el dolor y la tristeza que resultaban de la tragedia que vivían. Abriéndose a la vida en circunstancias tan dramáticas consiguieron que esos niños fuesen inmensamente felices y disfrutaran de cada momento que su tratamiento les permitía. Lo dieron todo, lucharon hasta el final contra la enfermedad, fueron increíblemente valientes y experimentaron una gran dicha cada día, cada hora, cada minuto que se ‘estiraba’ la vida de sus hijos. Cuando el menor de ellos les dejó, se contentaron con la presencia del otro, que jugó con ellos hasta el último día.

 

Carpe diem, que dijo Horacio

 

Y nosotros, ¿conseguimos regocijarnos con la simple existencia de nuestros seres queridos? Nuestras exigencias y expectativas sobre el comportamiento de los demás y en concreto sobre los que más queremos, bloquean muchas veces la alegría de contar con ellos, de que estén aquí y ahora junto a nosotros. Mi amigo ha sido afortunado al poder entender esto y apurar al máximo el deleite que su descendencia le ha procurado.

 

Carpe Diem (‘vive el momento’), la conocida locución del poeta clásico Horacio, que yo libremente traduzco como ‘fluye con la vida’, no significa que sólo aceptemos lo bueno o placentero que la vida nos depara sino que tomemos e integremos todo lo que ésta nos depara y que aprendamos de ello. Tomando la vida en toda su verdad es como podemos tener. Y sólo quien tiene puede dar algo al mundo, a la sociedad, a los demás.

 

Agobiamos a nuestros hijos con cantidad de miedos cuando ellos ya traen los que naturalmente les protegen de la mayoría de los peligros. Otros (al abandono, al rechazo, a no ser queridos, a tener un físico que no guste, a envejecer, al dolor o a la muerte) tan sólo les restan energía vital. Necesitamos dar a nuestros menores una educación para la vida: para desarrollar sus capacidades, para construir su proyecto de vida. Y también para la muerte (algo que los niños entienden de manera natural, ‘les viene de serie’): para afrontar duelos y pérdidas. Oí de una admirada maestra, Elisabeth Kübler-Ross,  que quienes aprenden a conocer la muerte, más que a temerla y luchar contra ella, se convierten en nuestros maestros sobre la vida. Acabo de estar con uno que me ha dado una gran lección.

 

Querido amigo: Gracias por compartir conmigo tu dolorosa experiencia. Me has enseñado a tomar la vida como viene, de la manera más humilde y preciosa que existe.

SANTIAGO NIÑO BECERRA. SU VISIÓN DE LA CRISIS

SANTIAGO NIÑO BECERRA

La lectura esta mañana de la columna de De Prada en el ABC me pone sobre la pista de este controvertido economista. Pone los pelos como escarpias saber que este señor ha sido de los pocos que supo ver con mucha antelación la que se nos venía encima cuando todo el mundo negaba la crisis, y ver cuál es su visión de cómo se va a desarrollar el escenario económico en los próximos meses y años. Aquí os transcribo una breve entrevista que le han hecho en La Vanguardia:

«En 2010 empezará la crisis de verdad y será brutal, terrible»

El catedrático de Estructura Económica de la Ramon Llull augura que la recesión durará diez años.

DAVID RUIZ. Santiago Niño Becerra, nacido en Barcelona hace 57 años, es un hombre que habla claro. Catedrático de Estructura Económica, es profesor en la Facultad de Economía IQS de la Universitat Ramon Llull. Considera que la situación económica mundial va a ir «tendencialmente a peor» en los próximos tres años y que todas las medidas que se están aplicando no van a servir porque responden a un viejo manual que ha quedado obsoleto.

-¿Estamos ya en crisis?
-No, que va. Yo diría que estamos en «precrisis». La crisis empezará a mediados de 2010. Pero es que, además, lo que viene ahora y lo que vendrá no se parece en nada a lo que vivimos en 1993 o en el 2000. Esto es otra película, es una crisis sistémica. De parecerse a alguna cosa, se parecería al «crack del 29».

-¿Por qué es una crisis sistémica?
-Porque la manera como está funcionando el sistema se tiene que cambiar. En 1993 hubo un problema, se inyectó dinero en forma de crédito y se acabó. En 2000, lo mismo. Ahora no. Aplicamos un manual viejo que ya no funciona. Se han agotado las herramientas que se pusieron en marcha como el hiperconsumismo, el hipercrédito o la hiperdeuda y pasamos a otra película…

-¿Cuándo empezó esta «precrisis»?
-En septiembre de 2007 cuando se manifestó el problema de las subprime.

-¿Y hasta cuándo durará?
-Se alargará hasta junio o julio del año 2010. La tendencia dentro de este periodo será a peor. Esto no significa que un día la bolsa suba o que otro baje. En 2010 empezará la crisis de verdad. Caída «a plomo» hasta mediados de 2012. Habrá un hundimiento a nivel económico, y será a nivel mundial.

-¿Qué pasará a partir de 2010?
-Durante el periodo 2010-2012 el nivel de la caída será brutal, terrible. Habrá economías que sufrirán muchísimo, por ejemplo la española, la alemana, la estadounidense o la china. Habrá un periodo de estancamiento hasta 2015 y, a partir de ahí, comenzará un periodo de recuperación muy lento hasta 2018-2020. Estamos hablando de una duración de 10 años, similar a la «Gran Depresión» norteamericana de la década de 1930.

-¿El capitalismo ha llegado a su fin?
-El colapso del sistema capitalista aún no se ha producido. Los sistemas tienen una vida de 250 años. El capitalismo empezó entre 1815 y 1820 y terminará más o menos en 2070. Lo que ahora vivimos es una crisis de ajuste, como ocurrió en 1929. Las características del capitalismo no cambiarán pero el ajuste que se hará será muy importante.

-¿Cuáles son las posibilidades que tenemos para capear el temporal?
-Nada. Esto ha de pasar. Es inevitable.

-¿Pero los ciudadanos no tienen ninguna opción para intentar salir menos afectados?
-Yo siempre recomiendo que si alguien tiene deudas, que no se endeude más. Quien no tenga, que no se endeude y si una persona tiene deudas y dinero ahorrado, que lo dedique a reducir deuda. Otra cosa es que, antes de comprar nada, la gente se pregunte si realmente lo necesita. Que calculen muy bien cuales son las expectativas de sus ingresos y adapten el gasto. Lo que no sea necesario, no es importante.

-¿Habrá muchas empresas que puedan aguantar esta situación?
-No, habrá cierres en cascada. La evolución será cada vez a peor y, a partir de 2010, se acelerará.

-¿La culpa es de los bancos y las inmobiliarias?
-La culpa no es de una persona o de un grupo de personas. Las medidas que se han tomado han llevado al desastre. Pero si estas medidas no se hubieran tomado, no se hubiera crecido como se ha crecido. Y todos hemos estado muy contentos de crecer así.

-¿Habrá bancos que quebrarán?
-Sí, pero aunque un banco haga fallida no pasa nada. El problema es que, dentro de un escenario como el actual, que un banco caiga supone un torpedo a la confianza. El sistema que hemos montado no está atado con cables de titanio, está unido con algo tan intangible como es la confianza que, cuando se rompe, ya no se puede reparar.

-¿Es una buena decisión que los Gobiernos usen dinero público para salvar a las empresas?
-No servirá de nada. Se tiene que hacer porque el modelo dice que es lo que debe hacerse. Esto sirve para tapar un agujero, pero se abrirá otro. Estamos hablando de cifras tan brutales que es imposible tener dinero suficiente para tapar todos los agujeros.

-¿Cómo sabremos que estamos saliendo de la crisis?
-La recuperación se percibirá en el ambiente. El primer síntoma de la recuperación vendrá hacia 2012 porque no iremos a peor. El segundo signo será que algunas personas empezarán a hacer cosas.

-¿El resultado de esta crisis será la aparición de una nueva potencia económica?
-Yo opino que la figura del Estado irá a menos y que las grandes corporaciones tendrán más fuerza. Creo que General Electric es la primera corporación del futuro, es un caso a estudiar. En el futuro habrá más eficiencia, orden, aprovechamiento,…

-¿Grandes corporaciones como las de la película «Rollerball», que planteaba un futuro en el que las grandes corporaciones controlaban el mundo?
-Sí, eso mismo.

¡GRACIAS, PEPE! Leopoldo Abadía

Nuevo capítulo de Leopoldo Abadía, que como sabéis representa una de las líneas de intereses de este blog. Este señor tiene la facultad de despertar esperanza desde el realismo más crudo. Es bueno que leamos y aprendamos de lo que nos dice. Abrazos.

MAPA ANTIGUO DE ESPAÑA

El último fin de semana ha estado lleno de celebraciones: mi mujer y yo estuvimos en Zaragoza para celebrar el  60 aniversario de mi salida del Colegio, luego fuimos a Sabadell para una fiesta sorpresa de felicitación a un amigo nuestro que cumplía 80 años y por la noche, acabamos cenando en Barcelona con un hijo que cumplía 40 años y con su mujer.

 

¡Qué barbaridad! No paramos de fiestas. ¡Y qué bien lo pasamos! ¡Y cuántas risas echamos!

 

Bueno, risas y algún lagrimica que otra. Encontrar a los niños del Colegio del Salvador, de los Padres Jesuitas, en Zaragoza, reconocer a todos y darme cuenta de lo majos que son y ver lo poco que nos costó pegar la hebra y empezar a contarnos nuestras vidas, es una maravilla.

 

Estuve hablando bastante rato con Pepe, un chico de mi edad. Mientras me iba contando cosas, yo le iba viendo cuando era pequeño, con problemas físicos  – llevaba bastón-, hijo de un militar que había muerto en la guerra española y de UNA SEÑORA – con mayúsculas – que se mató de trabajar para sacar adelante a sus hijos.

 

No eran tiempos fáciles. Lo de ahora es Jauja comparado con aquello. Pero Pepe hizo o que veía hacer a su madre: matarse de trabajar. Supongo que con beca. Luego fue a Madrid al ICAI. Supongo que también con beca.

 

Pero lo que puedo asegurar es que SIN BECA, llegó a Director General de una empresa española muy importante, de las que cotizan en Bolsa.

 

Han pasado 60 años desde que acabamos el Colegio, y 70 desde que Pepe, con su bastón, jugaba al fútbol con nosotros y se caía con frecuencia.

 

Está mayor (yo también). En vez  de un bastón, lleva dos muletas. Está delicado de salud. Pero cuando te presenta a su mujer y cuando te habla de sus cinco hijos, piensas que si Pepe y su madre se  hubieran quedado en casa acurrucados esperando a  que el maná cayese del cielo, se hubieran muerto de hambre.

 

Y no. Pepe es lo que los cursis llaman un winner, un ganador. Tiene las ideas tan claras como entonces. Es un hombre fiel a sus principios, como entonces. Se me hizo corto el rato que estuvimos juntos. ¡Cuánto aprendí! ¡Qué agradecido me quedé, a él, a  su madre, a los que le pegaron un empujón cuando lo necesitó!

 

Me quedé agradecido porque Pepe y otros Pepes como él – hubo muchos – son los que han hecho España, callados, callados y venga a trabajar, sin tiempo de quejarse.

 

Estoy seguro de que hay muchos Pepes por ahí. Lo que pasa es que no brillan nada. Y pasa, además, que, como no dicen tonterías como algunos otros, no salen en la prensa.

 

Hablando de tonterías:

 

1.El portavoz del PSOE en El Congreso, que fue Ministro antes, se ha descolgado diciendo que la única moral posible es la de la Constitución.

 

2.La Ministra de Sanidad, llena de fervor patriótico, ha dicho que fracasaría  como madre si su hija no le dijera que va a abortar.

 

Pero, ¿qué les pasa a estos chicos? Les ha debido dar el sol y deben estar en pleno golpe de calor, porque si no, no se explica que dos personas, que, vistas  desde fuera, tienen pinta normal, digan semejantes cosas.

 

Ah, por cierto, cuando José Blanco dice que lo del aborto ya estaba en vigor con el PP, yo digo: Y a mí, ¡¿qué me importa?! Si he repetido centenares de veces que estamos gobernados por una serie de impresentables y que los que se oponen a los impresentables son tan impresentables como ellos, no me importa nada que los que se carguen a los niños sean de derechas o de izquierdas.

 

Y si Blanco dice que antes los obispos se callaban, aparte de que no es verdad, vuelvo a repetir: Y a mí, ¡¿qué me importa?!

 

Yo ya soy mayorcito y, como a Pepe, procuraron educarme bien: primero en mi casa, luego en el Colegio. Y por eso, Pepe y yo distinguimos el bien del mal.

 

Y me parece que hay muchos, pero que muchos, y muchas, pero que muchas, a los que les ha patinado el embrague y llaman bueno a lo malo, malo a lo bueno y regular a lo fenomenal.

 

Pues peor para ellos, peor para sus familias y peor para nuestra España, que, así va. Lo que pasa es que, al fin, los Pepes ganarán.

 

P.S.

 

1.Uff, ¡qué día más malo tengo! Debe ser que estoy cansado. Lo que pasa es que esto lo escribí ayer noche y lo he vuelto a leer hoy, después de dormir 10 horas y he decidido que no he escrito lo anterior porque estoy cansado, sino porque estoy muy convencido. O sea, debo ser un convencido cansado. Ya se me irá el cansancio. Dios quiera que no se me vaya el convencimiento.

 

2.Aunque creo que es innecesario, quiero dejar claro que mi amigo Pepe se llama José. Y que no tiene nada que ver con el otro PP, el de Rajoy, a pesar de que se pronuncien igual.

 

3.Y, como consecuencia, que no he pretendido hacer una publicidad subliminal del partido político, sino una publicidad absolutamente no subliminal de Pepe y los otros Pepes, gracias a los cuales aguanta este país.

 

4.Cuando califico de impresentables a los que nos gobiernan y a los otros, no pretendo insultar a nadie. Quiero decir, simplemente, que no los presentaría en ninguna empresa en la que hubiera que trabajar en serio.